La Xunta constata la falta de relevo generacional con mínimos históricos
18 oct 2019 . Actualizado a las 14:15 h.Este domingo comienza una nueva temporada de caza en la que los aficionados a esta práctica volverán a ver con preocupación cómo desciende la curva de las poblaciones de conejo y perdiz, las dos estrellas de la caza menor en la comunidad. Con excepción de los tecores donde se han realizado exitosas repoblaciones y con el consuelo de no haber vivido un verano incendiario que espante a los animales, al final de la temporada volverán a constatar una nueva regresión de la mayoría de especies.
Además, alternativas como la liebre comienzan a emitir noticias negativas. Inmunes, en teoría, a la mixomatosis, los expertos en caza han comprobado cómo la liebre también empieza a ser víctima de esta enfermedad, si bien de momento solo afecta al sur peninsular.
Pero hay otra curva descendente más preocupante incluso para los cazadores, que es la de los propios practicantes de esta actividad a caballo entre el deporte y la relación con el Medioambiente. En el último ejercicio cerrado por la Consellería, se comprobó un abrupto descenso en las licencias solicitadas en el 2018 que bajaron de golpe en más de 3.000 con respecto al año anterior. La cifra absoluta también ha hecho saltar las alarmas: por primera vez se baja de los 40.000 cazadores en Galicia, concretamente 39.421. Precisamente esta semana son muchos los que apuran sus permisos, pero desde la Administración autonómica dan por hecho que la cifra de cazadores volverá a mermar, una tendencia que solo se rompió en el 2010, cuando ese año se apuntaban 800 cazadores más que en el 2009.
Desde entonces, 12.000 se han apartado de la práctica cinegética. Las nuevas tecnologías, la reducción de las poblaciones rurales o la filosofía ecologista que barbariza las batidas de caza han mermado aún más el relevo generacional de la caza en Galicia y el resto del país.
Respecto a la primera jornada, las previsiones meteorológicas dan un alto porcentaje de lluvia en toda la comunidad, y la fauna de algunos tecores podría estar afectada por las batidas de los jabalíes, muchas de ellas previstas para este sábado 19. La directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, anunció esta medida extraordinaria en determinadas comarcas (batidas los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados que no sean festivos hasta el 29 de febrero del 2020 —desde el 7 de enero se prohíben los sábados—) por los daños causados, entre ellos más de 1.800 accidentes de tráfico y casi 4.000 avisos por daños en campos de cultivo.
La medida de Medio Ambiente incluye terrenos catalogados de no cinegéticos y cada batida debe comunicarse a la Xefatura Territorial con al menos diez días naturales de antelación.