La gallega comparte con alumnos la variaciones en su dieta que le hicieron progresar en el deporte
25 nov 2019 . Actualizado a las 14:14 h.La atleta Ana Peleteiro ha participado este lunes en las actividades de la campaña 'Vai de peixe' en la Facultad de Ciencias del Deporte de A Coruña, donde ha recomendado una alimentación sana y ha contado confidencias sobre su cambio de estilo de vida en una conferencia en la que se ha mostrado cercana, humilde y bromista.
La deportista gallega, con grandes dotes de comunicación, explicó a los alumnos de la Universidad que uno de los aspectos que se replanteó en su carrera tras no haber podido acceder a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro fue la alimentación. «Quería empezar a comer bien, meter más alimentos del mar, naturales, y dejar de lado los alimentos procesados. Os animo a hacer ese tipo de comidas, a ver recetas. Lo que comemos es lo que somos. Eso nos va a dar un cambio de salud y bienestar y aportar energía», comentó.
Admitió que quedarse fuera de los Juegos Olímpicos de 2016 «fue un palo» y pasó «el peor verano» de su vida, un varapalo que le llevó a replantearse su vida y se dio cuenda de que «una de las cosas» que tenía que «cambiar era la alimentación». Peleteiro criticó la alimentación de los Centros de Alto Rendimiento en España y también la que suele ofrecérsele a los deportistas en las grandes citas.
«A veces me tengo que ir a comer fuera del hotel para comer. Por ejemplo, en Birmingham, antes de la final tuve que ir a un restaurante porque sentía que necesitaba más energía», señaló. Sin embargo, en Doha, el pasado mes de octubre, consiguió un sexto puesto y dijo que la alimentación «fue una de las pocas cosas que valió la pena» en esa cita a la que estuvo a punto de no acudir porque tenía «la cabeza hecha un desastre» por los problemas físicos que arrastraba.
Allí llegó con un peso de 57 kilos pese a no haber comido «hidratos en todo el verano» y tener «más fuerza» que nunca, consideró la atleta, quien confesó que su entrenador, el cubano Iván Pedroso, le «pone las pilas» y no permite que se relaje, tampoco con la alimentación. «Pero tampoco me tiene que llamar mucho la atención. Me gusta cuidar mi alimentación y comer bien», dijo antes de incidir en otra clave para tener buena salud: «el descanso».
En eso ha cambiado mucho ya que atrás ha dejado una etapa de su carrera deportiva en que se dejó llevar: «En Madrid salía para todo. Para todo», enfatizó Peleteiro. «Si pudiera volver atrás, a lo mejor no lo habría hecho, pero con 23 años ya ha disfrutado de la chavalada, de los colegas, de Madrid y ya no me gusta salir de fiesta», advirtió.
Ahora, se entrena en Guadalajara, donde solo conoce a gente que hace deporte y donde prioriza el «descanso» y tiene «capacidad de sacrificio».
«Entrenamos de tres a cuatro horas y duermo 10 horas mínimo», respondió a preguntas de los asistentes a su charla, que se quedaron asombrados con el dato. «Es que allí tenemos 8 o 9 grados y entonces tenemos que entrenar más tarde, así que como más tarde, ceno más tarde y también me acuesto más tarde. Me voy a cama a las 00.30-01.00 y hasta las 10.00 no me levanto. Después, desayunar y entrenar», relató.
Confesó que estudia «mucho a las personas», también a sus rivales, porque «el factor psicológico es súper importante». «Si llegas segura de ti misma a una competición, tus rivales lo notan; y si llegas con dudas, también. En el calentamiento de la clasificación del Mundial de Doha estaba como un flan y me costó, pero en la final estaba encendidísima, porque expresar eso a mis rivales es importante», dijo.
«Sabía que el dolor en el pie solo me iba a permitir dos saltos. Aunque no salté lo que quería, salté más de lo que pensaba que iba a saltar y me dio rabia porque con la marca del campeonato de Europa habría conseguido medalla», sostuvo. Otra de las claves de su progresión en los últimos años ha sido «aguantar el dolor» porque, «si entrenas con dolor, cuando compites, si lo tienes, no te va a descentrar», razonó.
Peleteiro también hizo hincapié en la necesidad de «fortalecer los músculos internos» y recordó una de las lesiones que más le han afectado. «El problema de mi espalda vino dado porque en Salamanca 2017 el foso estaba mal rastrillado y el sacro se metió para dentro cuando caí, así que todos los músculos de la espalda se tensaron y estuve un año y medio estuve con problemas. Fue muy duro psicológicamente, iba a competición sin haber hecho entrenamientos en triple salto e invertí mucho dinero para encontrar un doctor que diera con la solución. Acudía a Alemania para tratarme con el doctor que lleva a Usain Bolt», dijo.
Su carrera se ha reconducido de la mano de Pedroso, nueve veces campeón del mundo, al que en los años noventa le invalidaron el récord del mundo de salto de longitud, en poder de Mike Powell, con el que se vio la atleta gallega recientemente.
«Hace una semana hablando con Mike Powell me decía: 'yo tengo el récord del mundo pero Iván (Pedroso) tiene la técnica perfecta'. Es que para mí Iván es el más perfecto técnicamente. Es perfeccionista. Yo voy andando con él por la calle y me va corrigiendo la postura. Los entrenamientos son duros, pero lo más duro es aguantarlo», bromeó.
En teste sentido, indicó que «el objetivo como atleta es tener algún día la técnica perfecta» y señaló que, aunque ella es «bastante elegante» en ese aspecto, su entrenador le «saca defectos». «Él es muy perfeccionista y ahora yo soy perfeccionista gracias a Iván», confesó la atleta gallega, que se preparar para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A su lado, el presidente de la Federación Gallega de Atletismo, Isidoro Hornillos, afirmó que detrás de la «gran deportista» que es Peleteiro hay «algo muy claro, un talento excepcional» que ha «sabido acompañar de grandes dosis de esfuerzo y sacrificio».