A partir de 2024 desaparecerá la fase de grupos y habrá una liguilla en la que cada participante jugará al menos diez partidos para llegar a las eliminatorias
20 abr 2021 . Actualizado a las 08:48 h.Sacudida por la convulsión generada por el anuncio de la creación de una Superliga semicerrada que agrupará a buena parte de las grandes potencias del continente, la UEFA aprobó este lunes por unanimidad la reforma de la Liga de Campeones a partir del año 2024, con el objetivo de hacer más atractiva una competición que se ve seriamente amenazada ahora por ese nuevo torneo que ha desatado la ira de la institución que gobierna el fútbol europeo y de muchas otras.
«El Comité Ejecutivo (de la UEFA) aprobó el formato» de la futura Champions League, que tendrá un mini-campeonato en lugar de la fase de grupos, anunció el secretario general adjunto, Giorgio Marchetti, en una conferencia de prensa tras la reunión de la organización en Montreux (Suiza).
La ambiciosa reforma conlleva la ampliación de 32 a 36 equipos el número de participantes, así como la desaparición de los ocho grupos de la primera fase y su sustitución por una liguilla que garantice un mínimo de diez partidos a los competidores, en lugar de los seis actuales.
Los encuentro seguirán disputándose, como hasta ahora, los martes y los miércoles, pero como novedad habrá dos semanas exclusivamente reservadas para la Champions y en las que no habrá duelos de la Europa League ni de la Conference League, la tercera competición europea de clubes que se estrenará la próxima temporada, lo que permitirá ubicar también los jueves choques del principal torneo de clubes.
Dentro de ese mini-campeonato que servirá para cribar el acceso a la fase de eliminatorias, cada equipo, de acuerdo con su ranking deportivo, disputará dos partidos ante otro de su misma jerarquía, tres más frente a escuadras del segundo bombo, tres ante los del tercero y los dos restantes contra rivales del bombo 4.
Los ocho primeros clasificados accederán de forma directa a octavos de final y se disputará un ‘playoff’ entre el noveno y el vigesimocuarto de la tabla para seleccionar a los otros ocho componentes de esa ronda.
Quienes resulten apeados en dicho playoff pasarán a jugar la Europa League, como viene sucediendo ahora con los terceros clasificados de cada uno de los grupos de la primera fase de la Champions.
Con la reforma de la Champions, la UEFA pretendía frenar el proyecto de una
Superliga privada, como finalmente se ha planteado, desatando una guerra de imprevisibles consecuencias en los despachos futbolísticos del continente. «Todos estamos unidos frente a ese proyecto sin sentido», incidió Marchetti mientras el presidente de la UEFA, Aleksandar Ceferin, lanzaba una dura diatriba cargada de amenazas contra los doce socios fundadores de ese novedoso campeonato. «Nuestra Champions tendrá un crecimiento en ingresos y lo más importante, apuesta por la solidaridad de unos con otros. UEFA distribuye casi el 90% de sus ingresos al juego: canteras, fundaciones de niños, fútbol femenino... La Superliga piensa solo en el dinero, nosotros no. La UEFA cree en el crecimiento del fútbol. Queremos preservar los campeonatos domésticos, es el camino para clasificarse. Debe ser así y nunca va a cambiar. Estamos adaptando las competiciones europeas, pero lo principal no cambia: la solidaridad. Para algunos no existe la solidaridad, solo sus bolsillos».
Mientras Ceferin zahería con crudeza a esos dirigentes, Marchetti confirmó una de la plazas adicionales en la nueva Champions será para Francia, que en la actual Liga de Campeones solo cuenta con tres representantes. Las tres plazas restantes se repartirán entre otras ligas menores, aunque todavía resta por ver el desenlace de las enconadas negociaciones que se avecinan para resolver el cisma en el fútbol europeo.