La nueva generación de entrenadores del fútbol gallego y clásicos como Sáez o Lemos están ofreciendo esta temporada un amplio repertorio táctico
07 may 2021 . Actualizado a las 10:15 h.No hay una receta mágica para jugar al fútbol y además ganar. Por eso, cada entrenador intenta mantenerse fiel a su ideal balompédico y adaptarse a las plantillas de las que disponen, a la que intentan sacar el máximo rendimiento. Una realidad que ha quedado perfectamente constatada esta temporada en Tercera División, en donde se están viendo planteamientos totalmente dispares y que hablan de la excelente riqueza táctica que maneja el fútbol gallego. En algunos casos, además, llevados a cabo por técnicos muy jóvenes, como Fran Justo, Simón Lamas, Álex Ortiz y Gonzalo Fernández, entre otros.
1-3-4-1-2
La pizarra de Fran Justo
Todos los entrenadores saben cómo juega el Arenteiro, igual que sabían cómo lo hacía el Ourense CF el pasado curso, pero pocos lo han frenado. Tres centrales, dos laterales larguísimos (Eimil y Naveira), dos mediocentros con buen bien (Álex y Renan), un mediapunta y dos delanteros. Una fórmula que permite al joven estratega Fran Justo (Ourense, 1989) ser defensivo u ofensivo según lo precise en cada momento.
Del 1-4-2-3-1 al 1-3-4-3
Un clásico transformado por Lemos cuando tiene el balón y quiere salir jugando
Aunque el Bergantiños apuesta por un dibujo clásico, el 1-4-2-3-1, José Luis Lemos (Santiago, 1970) introduce matices que potencian el juego de posesión. Así, por ejemplo, en ataque posicional, pasa a un 1-3-4-3. Los laterales (Vela y Aarón se incorporan al ataque), un mediocentro (sobre todo cuando juega Concheiro) se suma a los centrales hacia un costado para mejorar la salida y los extremos, posicionados a pierna cambiada (Lamelas y Yelko o Cano) centran sus posiciones para sumarse al remate.
1-4-1-2-1-2
El rombo de Álex Ortiz
El Polvorín fue una de las sensaciones esta temporada en Tercera y lo ha sido con un sistema complejo de defender. Álex Ortiz (Málaga, 1987) utiliza habitualmente un rombo en el centro del campo que le permite dominar el juego interior. El pivote (Vidal) se incrusta entre los centrales cuando hacen la salida lavolpiana y suben los laterales, obligados a un sobreesfuerzo con este estilo. Los interiores se centran para fabricar el juego (sobre todo Iago Novo, en la izquierda del rombo) y arriba los puntas presionan la salida de balón rival y atacan muy bien los espacios (principalmente Christian).
1-4-1-4-1 / 1-4-2-3-1
El triángulo de Sáez
Uno de los equipos más complicados de jugarle es el Arousa. Los de Vilagarcía no necesitan el balón para llevar peligro. Rafa Sáez (Pontevedra, 1962) alterna el 1-4-1-4-1 con el 1-4-2-3-1 con el que se protege y saca grandes réditos del juego de espaldas de su delantero (Pedro Beda), Los extremos son puñales (Killiam, Otero, Róber o Fajardo) y por dentro forma un triángulo con jugadores con buen pie (Mon, Julio Rey, Róber). El pivote defensivo (últimamente Sidibé) es su seguro de vida.
1-4-4-2
El fútbol vertical de pase y gol de Jorge Otero
El Alondras de Jorge Otero (Nigrán, 1969) es un equipo camaleónico. Capaz de engañar con un aparente repliegue para sorprender con grandes lanzadores (Iván Pérez y Yahvé) hacia un ataque en el que siempre hay tres delanteros (dos centrados y uno tirado a banda izquierda).
El buen gusto de Gonza
El 1-4-4-2 también es el esquema más utilizado por Gonzalo Fernández (Oia, 1987) en el Choco, pero su aplicación es opuesta. Al equipo de Redondela le gusta jugar más al pie, incorporando a los dos laterales al ataque (Guille y Iano), retrasando al mediocentro defensivo (Berto Suárez) para ayudar en la salida de balón en ataque estático. Los extremos son puñales (Comis y Martín Rafael o Félix) y la brújula es Caloi.
1-4-2-3-1
La fidelidad de Bello y Pérez
El Somozas tiene un tándem en el banquillo: Jairo Bello (Abegondo, 1982) y David Pérez (Cedeira, 1979). Utilizan un clásico, 1-4-2-3-1, que ni siquiera han variado durante la plaga de lesiones en defensa. Eso sí, jugadores como Marcos Álvarez (lateral y extremo), Pacheco (lateral y central), Toni (lateral y mediocentro), Chacón (delantero y extremo) y Nuño (delantero y extremo) han cambiado de posiciones según las lecturas y las necesidades de cada partido.
Las autopistas de Mariano
El Estradense de Alberto Mariano (Suiza, 1978) está siendo otra de las sensaciones de la temporada. Con su 1-4-2-3-1, explota al máximo las bandas. Tiene una autopista por la izquierda (Javicho, cuando es lateral, vive en campo rival y Porrúa tiene desborde), pero suele finalizar por la derecha (Juanín) o por el centro (con la exquisita zurda de Brais Calvo).
1-4-4-2, 1-4-3-3, 1-4-2-3-1...
La riqueza del joven Simón
Si hay alguien que encarna lo bien preparados que vienen las nuevas generaciones, ese es Simón Lamas (Vilalba, 1992), capaz de trabajar y plasmar con su Racing Vilalbés, a lo largo de la temporada, planteamientos tan diversos como el 1-4-4-2, el 1-4-3-3, el 1-4-2-3-1 y el 1-3-4-3, entre otros). Incluso durante el partido es capaz de variar y de mostrar diferentes caras con su equipo., siempre muy vertical
otros
Diferentes formas de entender el juego
David de Dios (Vigo, 1981) hizo reaccionar al Rápido de Bouzas con un 1-5-3-2 que permite explotar al máximo el juego interior en el Baltasar Pujales. Un clásico como Javier Bardanca (A Coruña, 1963) exprime al máximo al Silva con un 1-5-1-2-1-1, con rombo en la medular y bandas largas, y en el que cada jugada a balón parado es un infierno para el rival. Valerón (Arguineguín, 1975) apuesta más por el 1-4-3-3 en el Fabril, esquema que Rubén Domínguez (Ourense, 1987) alterna en el Ourense CF con el 1-4-1-4-1 y el 1-4-2-3-1.