El piloto español completa su primera carrera en cuatro meses con un brillante cuarto puesto y mensaje lleno de optimismo
26 sep 2022 . Actualizado a las 17:08 h.Cuando Marc Márquez entraba por el pit lane tras acabar cuarto en el Gran Premio de Japón, todo su equipo salió a la puerta del box para recibirle con una ovación. No era tan importante esa calurosa acogida como que el hecho de que el español se bajó de la moto sin hacer ningún gesto de dolor, ni estiramientos en el brazo y fue chocando la mano con cada miembro de su equipo con vehemencia, sin cortarse a la hora de ser efusivo. «Si duele algo inconscientemente te lo vas tocando o lo vas protegiendo», manifestaba minutos después cuando comparecía ante los medios: «El brazo ha terminado cansado, pero no hay dolor como antes de la operación. Una cosa es brazo cansado y otra brazo con dolor. Ese dolor llega a la cabeza y que ya ni la adrenalina lo suple». Una manera muy gráfica de explicarlo y que da una idea de lo que ha tenido que pasar el piloto de Cervera.
El balance que se puede hacer de su fin de semana es muy positivo. A nivel deportivo, sumó su primera pole el sábado casi tres años después y un valioso cuarto puesto el domingo, siendo con diferencia la mejor Honda. Y en lo físico, finalizó su primera carrera completa en cuatro meses y terminó «entero» en el circuito del calendario que más castiga los brazos. Motegi iba a ser la prueba del algodón para ese húmero operado ya cuatro veces. Un trazado con fuertes frenadas y potentes aceleraciones, en el que difícilmente se pueden disputar 24 vueltas sin estar muy preparado. Probablemente casi todas las circunstancias se han ido alienando para tener una carrera más plácida de lo que esperaba.
Cuando anunció su retorno en Aragón ya avisó de que su prioridad era el físico y no tendría reparos en saltarse alguna carrera si su brazo le pedía descansar. Dejó entrever que la cita de Motegi podría ser la elegida para parar, aunque nunca estuvo en duda su viaje a Japón porque allí ha aprovechado para hablar con la plana mayor de Honda y de paso pedir una mayor implicación en el proyecto de moto GP. Tras la retirada de Aragón sin haber dado una vuelta entera, viajó sin muchos kilómetros de competición en el brazo. Y durante el último fin de semana, la cancelación de dos de los cuatro entrenamientos libres; y la jornada del sábado pasada por agua (en mojado, la demanda física es menor) le permitieron afrontar un domingo relativamente fresco. Algo que reconoció después: «Tenemos que ser realistas, en un fin de semana totalmente seco en todas las sesiones la posición no hubiese sido un cuarto».
El final de carrera
En parrilla, Márquez había decidido montar el neumático trasero blando en su Honda para aprovechar su fortaleza en el inicio de carrera y pensando que en las últimas vueltas se tendría que dejar llevar. Más que gestionar la carrera, la estrategia era ir viendo hasta dónde iba a llegar el brazo. Había mucha incertidumbre porque desde su retorno, nunca había dado más de siete vueltas sobre una moto GP, así que de la segunda mitad de carrera en adelante era como una especie de salto al vacío. Encontró en la figura del portugués Oliveira una buena rueda a seguir. Vuelta a vuelta fue constante, haciendo todos sus giros en un tiempo de 1.46, salvo su vuelta rápida personal (1.45,930). El propio Marc se sorprendió de lo bien que estaba terminando la carrera y se permitió el lujo de atacar a Oliveira a tres vueltas del final y ganar una posición. En sus circunstancias, daba igual ser quinto que cuarto, pero ese adelantamiento tenía un valor simbólico para el catalán: «Hacía mucho tiempo que no podía atacar al final. Antes era al revés, siempre me atacaban a mí».
No podrá saborear durante mucho tiempo un fin de semana inolvidable porque el Mundial de moto GP viaja ahora a Tailandia, donde este fin de semana se disputa una nueva cita del calendario. Será otra prueba de fuego para Márquez. No tanto por la exigencia propia del circuito como por las duras condiciones de calor y humedad a las que se enfrentarán en esta parte del sudeste asiático, pero mientras no haya dolor.