Lunin evitó el 1-0 y el 2-2 para que un ataque con Vinicius y Valverde reconectados terminase sellando el pase a la final del Mundial de Clubes
08 feb 2023 . Actualizado a las 22:29 h.Ante un rival de menor categoría, pero el Real Madrid volvió a ser ese equipo que, seguramente con más sufrimiento del que debería, saca adelante estos partidos y no se atasca como en Mallorca. Los de Carlo Ancelotti se clasificaron para la final del Mundial de Clubes en un duelo en el que Vinicius y Fede Valverde recobraron una confianza que perdió Camavinga como lateral izquierdo.
Poco acostumbrados a no llevar la manija de sus partidos, los egipcios pronto comprendieron que iban a necesitar abrirse para sacar algo en positivo. Salieron demasiado permisivos en defensa, pero la imprecisión de los madridistas evitó las primeras ocasiones claras, que llegarían, sorprendentemente del bando africano. Sin miedo a salir desde atrás con el balón jugado, y con facilidad para superar la desajustada presión blanca, encontraron en la banda derecha de su ataque una fantástica oportunidad para acercarse a Lunin. Camavinga, impaciente en la contención, no recibía ayudas de Vinicius, por lo que Hany y El Shahat empezaron a aprovechar espacios. Sherif tuvo el 1-0 en una contra, pero se le fue muy alto. Lo mismo le sucedió a Abdelmonen, tras pescar un rebote en un córner.
El Madrid dominaba, pero no intimidó hasta la media hora, cuando Vinicius enfrentó a El Shenawy y la cruzó demasiado al palo largo. La jugada demandaba una picada y así se lo mostró Rodrygo, desde una posición similar, en la jugada siguiente. Su disparo sí superó al meta rival, pero se estrelló en el palo. Los dos jóvenes brasileños desperezaron a los campeones de Europa, aunque Lunin tendría que salvar el 1-0 tras un ajustado remate de El Shahat. Y cuando parecía que el descanso iba a afianzar el nerviosismo blanco y la seguridad egipcia, el plan de los subcampeones de África se desmoronó. Metwali no fue quien de controlar un balón que debía despejar de primeras y Vini le robo la cartera en el borde del área. Encaró al portero y recordó las acciones anteriores, picándola para mandarla a la red.
Si el 0-1 en el último minuto de la primera parte fue un mazazo, el 0-2 nada más comenzar la segunda noqueó al Al Ahly. Fue en un contragolpe. El Shenawy detuvo el primer intento de Rodrygo, pero el rechace lo anotó un Fede Valverde necesitado de alegrías así. El desenlace parecía entonces un mero trámite para el Madrid, que gozó de un cuarto de hora jugando a placer, con espacios y oportunidades para ampliar la renta. No obstante, en una contra aislada, Camavinga volvió a pecar de centrocampista desubicado en el lateral y cometió un claro penalti sobre El Shahat, que transformó Maaloul engañando a Lunin. El gol dio alas a los egipcios, que tuvieron muy cerca el empate. Pero pasaron los minutos, y con ellos fue creciendo un Luka Modric que se adueñó del juego. La entrada de Ceballos le ayudó y entre ambos reconectaron las versiones más insistentes de Vinicius y Valverde.
El brasileño provocó un penalti que el colegiado señaló a instancias del VAR, aunque el 10 croata no pudo con El Shenawy. Sería, finalmente, en el descuento cuando los de Ancelotti culminarían la goleada. Rodrygo encontró el gol que tanto había buscado tras una mágica asistencia de tacón de Ceballos y el canterano Arribas marcó nada más entrar en el 96.
La final, el sábado
El Real Madrid se enfrentará el sábado (20.00 horas) al Al Hilal en el mismo estadio, el Moulay Abdellah.