Así es Lamine Yamal, el cadete del Barcelona que va tras los pasos de Sansón

I. Antelo; X. R. Castro REDACCIÓN

DEPORTES

ALBERT GEA | REUTERS

El vigués fue el debutante más joven en Primera durante ochenta años y todavía mantiene el récord de precocidad como titular en la élite; algo que el nuevo crac azulgrana no ha conseguido superar

24 may 2023 . Actualizado a las 19:16 h.

Cuando el cadete Lamine Yamal (Esplugas de Llobregat, 2007) saltó el sábado al terreno de juego del Camp Nou, en el minuto 83, reemplazando al juvenil Gavi, hizo saltar en añicos la historia del Barcelona. Ningún jugador azulgrana lo había hecho antes que sus 15 años y 290 días. Este martes (19.30 horas, Dazn) vuelve a la convocatoria en el nuevo encuentro de Liga contra el Osasuna, también en el Camp Nou, y quizás hasta repita si la situación vuelve a ser propicia. Su irrupción sorprende por su prontitud, pero su nombre hace meses que resuena con fuerza en La Masía. Jugaba con y contra chicos tres años mayores que él en el equipo juvenil de División de Honor, pero eran sus goles los que se convertían en virales. Un atacante zurdo de dibujos animados, que habitualmente juega a pie cambiado al estilo Messi (en banda derecha), con pausa y habilidad para definir con vaselinas imposibles.

Aunque con raíces en Marruecos (vía paterna) y en Guinea Ecuatorial (materna), Lamine Yamal nació en Esplugues del Llobregat y también residió en Mataró y Granollers, hasta que con siete años (categoría prebenjamín) el Barcelona prefirió que pasase a vivir en La Masía para que gozara de una vida más ordenada. Desde entonces, el club vela por aislarlo del ruido exterior, sin que hayan trascendido demasiados datos de su vida privada ni familiar, más allá de que se encuentre cursando 3.º de la ESO.

El 2023 no ha sido fácil para él. Hace unos meses, «un acto de indisciplina grave» con la selección española sub-17 lo apartó de la siguiente convocatoria de Julen Guerrero, por el que también fue castigado por el Barcelona durante unos partidos sin jugar. Y todo, coincidiendo con la firma de su primer contrato profesional, que, hasta que cumpla los 16, no puede hacerse efectiva.

Sansón marcó el camino

Durante 80 años, el récord de precocidad en Primera lo ostentó un vigués, Francisco Bao Rodríguez, conocido como Sansón, que debutó en el Celta con 15 años y 255 días. Fue en el partido celebrado el último día del año 1939, en Sevilla, ante el conjunto del Nervión, que los celestes ganaron (1-4). Sansón fue titular en aquella contienda, algo que no pueden decir ni Luka Romero, el jugador del Mallorca que acabó con su reinado, ni ahora el barcelonista Lamine Yamal.

Francisco Bao nació el 20 de abril de 1924 en el barrio de Lavadores y fue reclutado para el Celta desde el Vigués. Su apodo, Sansón, respondía a su gran envergadura física, un recurso que unía a su polivalencia; de hecho, llegó a jugar de todo en sus dos etapas en el Celta, menos de portero.

El defensa formó parte del conjunto vigués que pisó por primera vez la máxima categoría del fútbol español (1939-1940). Comesaña, que era el entrenador, lo hizo debutar en la quinta jornada y después lo utilizó en dos partidos más, ante el Racing de Santander y el Espanyol.

Curiosamente, esa precocidad acabó por apartarlo del conjunto vigués dos años después. Recordaba el fallecido Sansón que el Celta le comunicó cuando tenía 17 años que era demasiado joven para jugar en Primera y, pese a la oposición de su familia, decidió buscarse la vida lejos de Vigo. Comenzó entonces un periplo que le llevó por la Cultural Leonesa, Sporting de Gijón y Oviedo, para acabar retornando a Vigo en 1950. En su segunda etapa estuvo cinco años. Su último partido fue en Santander en enero de 1955, con un gol en propia meta.