Carlo Ancelotti, sobre el caso Vinicius: «Te dicen de todo: hijo de puta, maricón, que se muera tu padre o tu madre... Esto no es una guerra, es un deporte»
DEPORTES
«Esto tiene que parar porque estamos cansados de que nos insulten todos los días», ha señalado en rueda de prensa el técnico del Real Madrid, en un llamamiento a acabar con los insultos en los estadios de fútbol. Y es que el Bernabéu también ha sido escenario de episodios vergonzosos en los que ciertos sectores de aficionados hicieron gala del racismo, homofobia y xenofobia que sigue instalado en las gradas
23 may 2023 . Actualizado a las 13:49 h.«Esto tiene que parar porque estamos cansados de que nos insulten todos los días», ha declarado Carlo Ancelotti este martes en una rueda de prensa, preguntado por el caso Vinicius, que ha puesto de manifiesto el racismo que aún emana de ciertos sectores de las aficiones de fútbol. El jugador del Real Madrid fue objeto de insultos racistas en Mestalla durante el partido de Liga disputado este sábado entre el conjunto blanco y el Valencia. Pero el técnico cree que el problema, además de que el protocolo antirracismo «está obsoleto», es que «ya es costumbre insultar» en los recintos deportivos: «Detrás del banquillo te dicen de todo: hijo de puta, maricón, que se muera tu padre o tu madre... Esto no es una guerra, es un deporte».
«Estamos preocupados por lo que ha pasado, como todo el mundo. Es justo y correcto hablar del tema, puede ser una gran oportunidad para mejorar las cosas muy rápidamente», arrancó el técnico del Real Madrid en la previa del partido este miércoles ante el Rayo Vallecano, en la que Vinicius y los insultos racistas fueron los únicos protagonistas. En este sentido, Ancelotti lamentó que el brasileño sea «una víctima que a veces pasa por culpable, porque dicen que provoca con su actitud». «Pero que quede claro: es la víctima de todo esto. Las víctimas son también los aficionados que se comportan de manera impecable», recordó.
«Y cuando dije estadio de Mestalla no me refiero a 46.000 personas, me refiero a un grupo que se ha portado muy mal, como en Mallorca o en Valladolid. No fueron 46.000, ahí pido disculpas, pero no son uno ni dos», insistió el técnico, que pidió perdón por referirse a todo el estadio valenciano este domingo al criticar los insultos racistas contra Vinicius.
Así, el preparador italiano señaló que «ya es costumbre insultar» en los recintos deportivos, y de mostró «de acuerdo con lo que dijo Xavi Hernández». «Fue ejemplar. ¿Por qué tenemos al costumbre de insultar en el fútbol? ¿Por qué le decían tonto? No es un insulto racial, pero es un insulto», apoyó las palabras del entrenador del Barcelona, que este lunes mostraba su apoyo a Vinicius. «Da igual la camiseta», manifestó en la previa del encuentro ante el Real Valladolid: «Hay que parar el partido. Hay que frenarlo. Me da igual el escudo, que sea Vinicius o Eto'o. Es muy desagradable. No lo veo en ningún otro deporte. Ni en el tenis ni en el baloncesto ni en el golf».
«Esto tiene que parar, porque estamos cansados de que nos insulten todos los días. Detrás del banquillo te dicen de todo: hijo de puta, maricón, que se muera tu padre o tu madre... Esto no es una guerra, es un deporte. Ojalá las instituciones sean claras, también LaLiga, la RFEF y los árbitros. También digo que España no es racista, pero sí hay racismo en España, como en otros sitios, tiene que acabar», añadió Carlo Ancelotti.
El Bernabéu también es escenario de insultos
Tras el episodio vivido en Mestalla y la especial indignación mostrada por el madridismo, no tardó en recordarse que el Bernabéu ha sido en numerosas ocasiones otro foco de insultos contra los rivales. El racismo, la xenofobia y la homofobia son una constante en ciertos sectores de la grada, que han protagonizado episodios tan vergonzosos como el vivido hace tan solo un par de semanas por Pep Guardiola, cuando fue objeto de comentarios homófobos.
«¡Ay, Guardiola! ¡Ay, Guardiola! ¡Qué delgado se te ve! Primero fueron las drogas, hoy por Chueca se te ve», cantó la afición madridista al técnico del Manchester City durante la semifinal de la Champions, en la que el equipo cayó eliminado. Los gritos, además de demostrar que ninguna afición está libre de pecado, que pretendían ridiculizar al catalán insinuando que es homosexual, son la última prueba de que la homofobia sigue instalada en las gradas de los estadios.
Pero si hay un episodio que debería sacar los colores a quienes hoy se indignan por los insultos a Vinicius fue el vivido por Ousmane Dembélé en el 2019, en un partido de semifinales de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barcelona. Un grupo de aficionados se dedicó a imitar sonidos de simio cada vez que el jugador tocaba el balón.
Tan solo un año después, LaLiga denunciaba al Real Madrid por los insultos proferidos contra Álvaro Morata y El Cholo Simeone durante un derbi contra el Atlético de Madrid. Los hechos tuvieron lugar en febrero del 2020, cuando un sector de la grada llamó «rata» al futbolista, «cornudo» al técnico y se escucharon cánticos como «puto indio el que no bote». Curiosamente, la competición no ha movido ficha en el asunto de Vinicius, que no dudó dejar patente su descontento en redes sociales, algo que derivó en una acalorada discusión entre el brasileño y Javier Tebas.
Pero volviendo a los lamentables episodios que han protagonizado ciertos sectores de aficionados en los últimos años, cabe recordar las muchas ocasiones en que Gerard Piqué fue objeto de los insultos de los hinchas madridistas, con citas como «Piqué, cabrón, saluda al campeón». Y es que la histórica rivalidad entre clubes ha llevado a que los insultos aumenten exponencialmente cada vez que se disputa un derbi, independientemente de si el escenario es el Camp Nou o el Bernabéu. Este mismo año, era Ronald Araújo quien recibía comentarios como «hijo de puta» por parte de los ultras del equipo blanco.
Si se retrocede más en el tiempo, se pueden encontrar ejemplos mucho más sangrantes —como el lanzamiento de plátanos a jugadores negros— en los que violencia y odio han ido unidos a un deporte, el fútbol, que ha visto cómo ciertos sectores de sus aficiones acuden al partido con más interés en proferir comentarios hirientes que en animar a los suyos en lo deportivo. Y no solo pasa en el Real Madrid o en el Valencia. Incluso las categorías infantiles se han contagiado de esta tendencia. En lo que va de año, varias menores, una de ellas gallega, han sido objeto de comentarios machistas por parte de otros jugadores o de la grada.