El jugador coruñés se muestra ambicioso ante su regreso al Deportivo Liceo, del que se fue hace 18 años y al que regresa con 35
25 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.A principios de julio, el histórico futbolista del Deportivo Dagoberto Moll, integrante de la Orquesta Canaro, protagonizó un videoclip del club coruñés para presentar la primera camiseta de la próxima temporada, que supone un homenaje a América. Lo hacía entonando un tango que le salía de lo más profundo del alma: Volver. Es, como si mientras lo cantaba, estuviera pensando en el regreso que estaba emprendiendo su nieto, Pablo Cancela (A Coruña, 1988), quien después de media vida fuera de A Coruña vuelve a casa. Lo hace para firmar dos años por el Liceo y, según asegura, «con la misma ilusión que cuando jugué mi primer partido».
—Muchas han sido las ocasiones en las que se intentó su regreso y no se logró. ¿Por qué ahora?
—La verdad es que creo que era la última oportunidad que tenía de volver a jugar en casa. Unas veces no se dio porque yo tenía contratos firmados, otras porque el Liceo contaba con equipazos y yo no tenía sitio... Ahora, ha sido la necesidad un poco de los dos.
—Las necesidades del Liceo ya las conocemos, que de nuevo cuenta con varias marchas, ¿cuáles son las suyas?
—Bueno, más bien son deseos. Con 35 años no creo que me quedaran muchas más oportunidades de volver y me apetece jugar con gente de A Coruña como Dava y César, tener a Juan Copa como entrenador, porque me conoce desde niño y seguro que sabe sacar lo mejor de mí y, pues también me hace ilusión poder compartir equipo en un futuro próximo con mi ahijado (Jacobo Copa, el hijo del técnico liceísta, que milita en el Dominicos y es probable que lo fiche el conjunto verdiblanco de cara a la campaña 2024-2025).
—¿Qué ha cambiado del niño que se fue al hombre que regresa?
—Pues más allá de que he crecido y, lógicamente, madurado, poca cosa. Sigo siendo muy pasional. Lo vivo todo mucho. Me pongo un poco menos nervioso pero me sigue gustando esa sensación de antes de los partidos. Vengo con ganas de competir.
—La pasada temporada, el equipo afrontó siete cambios y volvió a luchar por los títulos. Esta campaña, más bajas... ¿Ha llegado el momento de decirle a la gente que quizá no se pueda seguir a ese nivel tan alto?
—Si me planteo eso, no vengo. En mi cabeza siempre creo que podemos ganar. El Liceo no puede mandar nunca un mensaje de paciencia. Siempre va a ser ambicioso. Desde los nuevos hasta los veteranos. Es un gen que tiene este equipo, que pase por lo que pase, se vayan los que se vayan, siempre va a ser competitivo. Ese carácter lo impone la camiseta pero también el entrenador y los que somos de aquí. No sé qué pasará, pero yo apostaría a que vamos a volver a luchar por todo. Y, sobre todo, vamos a hacer un hockey que va a divertir mucho a la gente. Estoy seguro de que los que vengan a vernos no saldrán defraudados.
«Es un acierto que cada vez haya más gallegos en el equipo, le da identidad»
Dava Torres, el recientemente proclamado campeón de Europa César Carballeira, Bruno Saavedra y Pablo Cancela, además de Juan Copa en el banquillo. El galleguismo que está adoptando el Liceo es del agrado del 74 verdiblanco, que lo celebra y desea que siga en crecimiento. «Es un acierto que cada vez haya más gallegos en el equipo, le da identidad», señala.
—Decía que le apetecía trabajar con Juan Copa. ¿No le sorprende que siga en el Liceo?
—No, porque sé lo que aprecia a sus jugadores y al club. Pero tengo claro que si continúa es porque le apetece, ya que seguro que ha tenido propuestas económicamente mejores. Pero él está identificado con el proyecto, es de casa... Y los resultados lo avalan, eso es indudable.