Este verano disputará con Sudán del Sur la Copa del Mundo, la primera en la historia de la selección
07 ago 2023 . Actualizado a las 18:09 h.Kur Kuath, el joven pívot sursudanés, vivió la temporada pasada en el Club Ourense de Baloncesto su primera experiencia como jugador novato en Europa. A sus 24 años, tiene ganas de conocer países y culturas diferentes, además de seguir progresando como profesional. El año pasado fue una situación difícil para él en el plano mental, pues el equipo lo pasó mal antes de conseguir salvar definitivamente la categoría (LEB Oro), aunque las vivencias en la ciudad fueron positivas. Kuath se declara una persona abierta y como tal responde a todas las cuestiones que se le plantean.
—A pesar de todo, al final la temporada terminó bien.
—La temporada fue dura, llegué al equipo cuando estaba luchando; tuvimos altibajos, hubo que unirse y seguir el plan del entrenador para tener éxito al final.
—¿Había pasado por alguna situación como esta, con el equipo en puestos de desceno, anteriormente?
—Era la primera vez que me veía en una situación así. Fue una buena experiencia de aprendizaje, aprendí mucho de mí mismo y del equipo, como novato de un conjunto profesional. Hay que estar preparado para cualquier situación.
—¿Que aprendió de sí mismo como jugador?
—Este año aprendí mucho, que los partidos son difíciles y que se requiere mucha habilidad mental. Hay que estar preparado mentalmente para cada noche, en la que juegas contra algunos de los mejores jugadores. Y, aunque es duro perder, a veces es la mejor forma de aprender. Me he tenido que adaptar a diferentes sistemas y entrenadores este año, mi primero como novato y en dos equipos profesionales.
—El primer equipo fue en Grecia. ¿Muy diferente esa liga?
—Era una liga más pequeña, pero es la primera categoría. Es súper dura, con grandes equipos, de Euroliga. Hay algunas similitudes, pero en la primera liga de Grecia juegas contra equipos como Olimpiakós o Panathinaikós. Son comparables, porque ambas ligas son súper duras y se juega un gran baloncesto.
—¿Le fue difícil adaptarse al baloncesto europeo?
—Al principio sí, porque viviendo de la liga universitaria es un juego muy diferente, pero siento que he aprendido y me encuentro mejor.
—¿El año pasado le ha convenció de que quiere ser profesional del baloncesto?
—Me enseñó que si quieres algo tienes que estar comprometido y dar el 100 %. Que no siempre vas a ganar ni ser campeón. Ser profesional no es para todo el mundo porque hay que sacrificar muchas cosas.
—¿Cuáles son los mayores sacrificios?
—Dejar tu casa y tu familia. Hay chicos que tienen mujer e hijos, no es mi caso. Yo tengo mis hermanos y padres, pero ser un joven novato es difícil estando lejos de todos. Es lo más difícil, aprender a estar solo.
—En ambientes profesionales, ¿se apoyan unos a otros o cada uno va a los suyo?
—Creo que nos hemos acercado y hemos sido un poco familia. Aunque la mayoría de los jugadores están ocupados con sus propias familias y entiendo que tienen sus responsabilidades fuera del baloncesto, hemos sido como hermanos en el equipo. Yo tengo más tiempo libre para ir a tomar café y cosas así.
—¿Qué aprendió de la sociedad española?
—Aquí todo el mundo es súper amigable y muy hospitalario. A la gente le gusta disfrutar su día, salir y tomar un café relajado. Al principio me confundía que todo cerrase a las dos de la tarde; eso es súper diferente, que la gente se vaya a casa a comer y dormir y vuelva luego a trabajar. Me gusta cómo es la gente y la cultura. La comida es genial. Incluso la música. No entiendo mucho, pero me ha gustado. Nunca había escuchado a Bad Bunny y aquí lo escuché mucho.
—¿Escucha música antes de los partidos?
—Mi rutina previa al partido es escuchar música y meditar, para calmar mente y cuerpo y estar focalizado. Tomarme mi tiempo para respirar. La meditación es gran parte de la preparación. Antes de cada partido hay muchas cosas en la cabeza y lo mejor es aclararla para jugar mejor.
—¿Dónde hace la meditación?
—En el gimnasio, antes del partido. Allí medito y escucho música. Me relajo para dar lo mejor.
—Volviendo a la temporada. ¿Recuerda algún partido del que dijese, este es la cita en la que no se puede fallar?
—La pasada temporada necesitábamos casi cada partido. No solo uno, estábamos atrás y cada derrota era dura, por lo que cada victoria nos daba seguridad.
—¿El sistema de juego le venía bien a sus cualidades?
—Era perfecto para mí. Movíamos el balón y jugábamos juntos. Hay que jugar para los cinco, para el equipo, no para uno solo.
—¿Qué jugador le resultó más difícil de defender?
—No diría uno. El equipo de Burgos fue el más difícil de defender. ¡Eran tan talentosos los cinco de la pista! Fue nuestra derrota más severa de la temporada.
En corto
Aunque el COB intentó renovarle, Kuath tuvo sobre la mesa ofertas más altas irrechazables. Este verano jugará con la selección de Sudán del Sur la Copa del Mundo de baloncesto en Filipinas, un hito para el joven y pobre país africano. Mediano de una familia de cinco hermanos, Kur Kuath comenta que tiene una parentela extensa, repartida en África, América y Australia.
—¿Cómo descubrió el baloncesto?
—Empecé a jugar con mi hermano mayor. Era mi motivación, me llevaba al gimnasio. Amaba el juego más que yo y me enseñó a amarlo.
—¿Qué expectativas tiene sobre el mundial?
—Estoy súper emocionado. Será una gran experiencia para mí, para el equipo y para el país, al que no le pasan muchas cosas buenas. Queremos hacer historia. Tenemos los mejores fans del mundo. Es triste que tenga que haber tantos refugiados por la guerra civil. Es una oportunidad para ver a la gente unida gracias al baloncesto.
—¿Qué hace en su tiempo libre?
—Ver series y películas en la tele, pódcast de baloncesto como los de de Draymond Green o JJ Redick. Es interesante ver sus puntos de vista. También jugar a juegos de deportes como FIFA.
—¿Alguna serie recomendable?
—Me gusta mucho ver Power (Amazon Prime).
—¿Qué le gustaría hacer después del baloncesto?
—Me veo a mí mismo como alguien dedicado a negocios internacionales y viajando.