l Madrid siempre es fiel a su estilo. Como equipo, sigue demostrando que tiene que mejorar muchas cosas, especialmente en cuanto a concentración y organización. Parece que solo cuando se ve por detrás en el marcador es capaz de subir una marcha y hacer daño desde los destellos de sus cracs.
Especialmente en defensa, el Madrid sufre en sus desconexiones. Uno de sus grandes déficits es que se relaja por momentos y, cuando se encuentra a un rival del nivel del Bayern, se ve castigado por ello. Cuando apretó fue superior, pero dejó sobrevivir y levantarse a su enemigo.
Cuando sus futbolistas de ataque encuentran espacios, el Madrid hace verdaderas virguerías. Suele ser Vinícius, que está siendo clave en este momento de la temporada, quien saca al equipo de los líos en los que se meten. Otras veces es Rodrygo o un Bellingham poco inspirado en esta ocasión.
No vi nada fino al Bayern de Múnich. Fue un equipo bastante previsible con la pelota y con demasiados desajustes en la defensa. El Madrid lo dejó vivo. Con una marcha más, podría haber sacado un resultado más favorable que dejase la semifinal mucho más encarrilada de cara al partido de vuelta en el Santiago Bernabéu.
Es el estilo de este Real Madrid de Carlo Ancelotti. A veces parece desconectado de los partidos, se agarra a las individualidades y tiende a dar emoción a sus triunfos, especialmente en la Champions.