Alcaraz somete a Tsitsipas para citarse con Sinner en Roland Garros

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YOAN VALAT | EFE

El español, siempre con el partido controlado, supera al griego por 6-3, 7-6(3) y 6-3

04 jun 2024 . Actualizado a las 22:57 h.

«Quiero daros a todos una lección. ¡Nadie le gana 17 veces seguidas a Vitas Gerulaitis». La frase autoparódica la regaló el carismático tenista de Brooklyn cuando, al intento número 18, derrotó por fin en el torneo de maestros de 1979 a uno de sus grandes verdugos, Jimmy Connors. Seis años tardó en derrotar al soberbio competidor de Illinois, aún hoy el jugador con más victorias y más títulos en la historia de la ATP. Y Stefano Tsitsipas, para el notable talento que contiene, no es capaz de derrotar a Carlitos Alcaraz. Cuando este martes abrió la sesión nocturna de la Philippe Chatrier, arrastraba ya, en apenas tres temporadas, cinco derrotas consecutivas, cada una más dolorosa, frente al español, un portento de 21 años capaz de estirar la actual racha en el futuro hasta hacerla sonrojante. Esta vez derrotó al griego, subcampeón en París en el 2021, por 6-3, 7-6(3) y 6-3 en cuartos de Roland Garros. Jugará la semifinal de viernes con Jannik Sinner, verdugo de Grigor Dimitrov por 6-2, 6-4 y 7-6.

Impulsado por la confianza de saberse por ahora invencible contra Tsitsipas, Alcaraz se nota un break nada más empezar y gobierna el primer set con suficiencia. Con un equilibrio impecable entre su tenis desenfadado y el orden que exige la tierra batida. Así despacha en 31 minutos el acto inicial por 6-3 y encarrila muy pronto el segundo con 3-0.

Para no morir sin intentar un mínimo cambio de guion, Tsitsipas se juega entonces derechas agresivas, camina más hacia la red y encuentra algunos puntos que le concedan una mínima esperanza. Tanto, que consigue llevar la segunda manga al tie break, calcando el repertorio de fantasía de su rival: voleas, dejadas...

Pero, bajo presión, cada vez que el partido se vuelve parejo, Alcaraz —que lo único que hace más suave que el griego es el servicio— impone su furia para anotarse el desempate por 7-3.

Al rato, con empate a tres juegos en el tercero, Tsitsipas entrega dos doble faltas casi consecutivas. Algo falla en la cabeza del griego, a veces disperso, otras directamente incomprensible. Ese break le va a costar, al cabo de un cuarto de hora, la derrota.

El partido que todos quieren ver

Alcaraz, que a sus 21 años ya sabe lo que es ganar el US Open y Wimbledon, está a solo una victoria de su primera final en Roland Garros. Pero para alcanzarla necesita escalar una montaña, superar a su antagonista favorito de la próxima era, el nuevo número 1 del mundo, Sinner. «Es un gran desafío, pero cada mañana me levanto para jugar contra el rival más duro e intentar batirle. Este es el partido que todo el mundo quiere ver y estoy seguro de que él va a mostrar su mejor tenis. Veremos quién gana», reflexionó aún sobre la pista el español, que volvió a cautivar con su rictus relajado a Mats Wilander, el comentarista estrella de Eurosport, el encargado de arrancarle unas palabras aún en caliente. «Sonrío al conseguir algún buen golpe, pero también para soltar los nervios cuando mi equipo me anima», explicó Alcaraz, que llegó a París sin títulos esta temporada en tierra batida, pero ha ido creciendo conforme iba avanzando el torneo. Ya nadie le puede poner un límite.