Inglaterra espera recuperar ante Eslovaquia la mejor versión de un Bellingahm muy cuestionado

Rubén Cañizares DORTMUND / COLPISA

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Bellingham, cabizbajo tras el empate sin goles de su selección contra Eslovenia.
Bellingham, cabizbajo tras el empate sin goles de su selección contra Eslovenia. Thilo Schmuelgen | REUTERS

El futbolista del Real Madrid está lejos de su mejor versión y él mismo reconoció que no está bien físicamente

29 jun 2024 . Actualizado a las 20:46 h.

Días antes del inicio de la Eurocopa, Bellingham ya la había ganado. Al menos, la Eurocopa del márketing. Adidas, con quien el jugador inglés tiene firmado un contrato hasta el 2028 a cambio de doce millones de euros por temporada, revolucionaba las redes sociales con una de las mejores campañas publicitarias del fútbol moderno. La firma alemana, en un anuncio de casi dos minutos de duración, aderezado con la mítica canción Hey Jude, de los Beatles, tan ligada a Bellingham, mezclaba la decepción de la afición inglesa, que lleva 58 años sin ver ganar nada a su país, con la esperanza de la irrupción de Jude como la gran estrella que pueda acabar con esta sequía de casi seis décadas en blanco. Tres semanas después, el sentimiento ha cambiado por completo.

«Hay mucha negatividad fuera del estadio y de la concentración. Creo que es importante que recordemos que los aficionados que van al estadio son los que nos darán la energía. Tenemos que seguir usando esa energía y el sentimiento que obtenemos de ellos», reflexionaba Bellingham tras el empate en la última jornada ante Eslovenia, sabedor de la que le iba a caer encima por su mal partido.

El propio Jude reconoció que no está bien físicamente, algo que es evidente. Las pilas le duran, como mucho, cuarenta y cinco minutos, y sus segundas partes son un ejercicio de frustración. Sus piernas no le acompañan, como no lo hacían tampoco en el Real Madrid durante el tramo final de la temporada, pero tiene tanto talento y es tan bueno que siempre puede sacarse una asistencia o un gol de la nada, como sucedió en el clásico de Liga o en la final de Champions.

A Bellingham le acusan de haber apagado a Foden, nombrado mejor jugador de la Premier, por la caída a banda del jugador del City para que Jude pueda jugar en la parte central del ataque. Ni uno ni otro está ni cerca de su pico, y son muchas las voces que exigen que Foden juegue por el centro y el madridista sea el que caiga a banda o, si es necesario, se vaya al banquillo.

Inglaterra se mide este domingo (18.00 horas, La1 y RTVE Play) a Eslovaquia y debería pasar con facilidad a cuartos. Lo hará, salvo sorpresa de Southgate, con Bellingham en el once. Sobre sus hombros, el peso de un país que ya le mira con lupa y se pregunta si de verdad es capaz de liderar a su selección: «Me parece que está muy frustrado y yo he estado exactamente en la misma situación que él. Solo espero que no haga nada estúpido, porque su lenguaje corporal a veces da a entender que será así», reflexiona Wayne Rooney, a quien en el Mundial del 2006, precisamente aquí en Alemania, esa frustración le llevó a ver una roja en el partido de cuartos ante Portugal, que finalmente dejó fuera del torneo a los británicos. Eso no ha pasado aún con Bellingham, y no tiene por qué pasar, pero ya sabe cómo se las gastan en su país. Del Hey Jude a saco de boxeo.

Por su parte, Eslovaquia ya demostró que tiene hombres lo suficientemente peligrosos como para dar un susto a cualquiera. Ahí están Stanislav Lobotka, Ivan Schranz o Juraj Kucka. El primero dirige el juego con maestría, el segundo ejecuta (dos tantos) y el tercero asiste (dos pases de gol). Sin lesionados ni sancionados, Eslovaquia intentará sorprender a Inglaterra.