El jugador navarro hizo el gol decisivo en la ciudad en la que debutó con la selección española y en la que también marcó su padre
05 jul 2024 . Actualizado a las 21:56 h.España también sabe sufrir y lo demostró en Stuttgart ante Alemania. Prórroga agónica que resolvió un gran cabezazo del navarro Mikel Marino cuando todo parecía indicar que la eliminatoria iba a llegar a la tanda de penaltis. El centrocampista de la Real Sociedad debutó con España en esta ciudad alemana, que ahora tendrá siempre en el recuerdo por partida doble. Su gol echó del torneo a la selección anfitriona y le permitirá a España luchar por su cuarto trofeo Henri Delaunay y encabezar en solitario el ránking histórico del torneo.
Pero el idilio de Merino con Stuttgart comenzó muchos años antes, cuando Mikel todavía no había nacido. Su padre, Miguel Merino, hace 29 años, uno antes de que su hijo llegase al mundo, marcó en competición europea en la misma ciudad cuando jugaba con Osasuna.
Tras disputar su primer partido con España, Mikel se acordó de su padre: «Hemos hablado muchas veces de ese partido suyo en Stuttgart con Osasuna. Tengo ganas de verle y darle un abrazo», declaró en su momento. Este viernes, nada más escuchar el silbato de Anthony Taylor, seguro que también tuvo un momento para recordar a una de las personas a las que le debe haber sido protagonista de una acción ya histórica para la selección española.
Partido esperado
Al finalizar el encuentro, el futbolista navarro apuntó que el momento en el que consiguió el tanto «ha si do único. Es un gol en el minuto 119 pero detrás hay mucho trabajo, tanto colectivo como individual». Merino señaló que el duelo contra Alemania transcurrió como esperaban, «posiblemente entre dos de las mejores selecciones del mundo. Tenemos un equipazo».
También hizo referencia a su debut con el combinado nacional, en septiembre del 2020, y al hecho de que su padre marcase en el mismo lugar: «Algo tiene este estadio que nos da suerte. En la familia lo recordaremos siempre».
Mikel Merino accedió al terreno de juego sustituyendo a Nico Williams, una de las estrellas del equipo, y disputó 40 minutos en los que, además del trascendental gol, completó con éxito 21 pases de 27 intentos.
La camiseta del Celta, la primera de Mikel Merino
El futbolista de la Real Sociedad también tiene pasado vigués. De hecho, no nació en la ciudad olívica por poco y vivió en ella sus dos primeros años. Balaídos fue el primer campo que visitó el navarro cuando todavía era un bebé, ya que su padre vestía la camiseta celeste.
«Los primeros gritos que escuchó en un partido de fútbol fueron en Balaídos y la primera equipación que vistió, la del Celta», como reconoció Miguel Merino, que jugó en el equipo vigués entre los años 1994 y 1997.