Xander Schauffele se agranda en Royal Troon y conquista The 152nd Open

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Jason Cairnduff | REUTERS

El estadounidense conquista con solvencia el Abierto Británico, su segundo grande de la temporada, a solo unos días de defender el oro olímpico

21 jul 2024 . Actualizado a las 21:14 h.

Xander Schauffele (San Diego, 1993) se coronó en Royal Troon como el ganador del Abierto Británico, el último grande de la temporada de golf. Con cinco birdies y nueve pares en los primeros 14 hoyos de la jornada final, afrontó los cuatro últimos con una ventaja de dos golpes que supo mantener para alcanzar la gloria. Terminó con -9 y superó en dos impactos a Justin Rose y a Billy Horschel. Ganó el mejor.

Schauffele, producto de un gran mestizaje, es quizás el golfista menos norteamericano, como demuestra con su juego de habilidad y talento. Hijo de una tailandesa y de un inmigrante francoalemán, que además fue su único profesor de swing en su etapa formativa, es ya toda una referencia mundial y juega como si fuera un europeo más. Número 3 del ránking, entre el 2017 y el 2021 firmó nueve top-10 en majors. Ahí se acostumbró a competir al máximo nivel y ahora recoge los frutos. El oro olímpico en los Juegos de Tokio sirvió de golpe en la mesa y, en mayo de este año, alzó su primer grande con la conquista del PGA Championship.

El californiano es uno de los golfistas del momento. Además de ganar su segundo major del curso (y de su carrera), cabe recordar que también fue séptimo en el US Open y octavo en el Masters. Su regularidad le ha llevado hasta aquí: a ser uno de los grandes favoritos a revalidar su oro olímpico en París, dentro solo de unos días (del 1 al 4 de agosto).

Thriston Lawrence (Kempton Park, 1996) a punto estuvo de escribir una de esas historias que tan solo pueden darse en deportes tan exigentes como el golf. El sudafricano, 98.º del ránking y todo un desconocido para la superélite, llegó a situarse como líder al comienzo del día y peleó hasta el final para ganar todo un major como el The Open. Este sufridor del European Tour y del DP World Tour, con cinco victorias en torneos de rango inferior, se unió a la fiesta el sábado después de un recital (65 golpes) y, en el epílogo, mantuvo el pulso con 32 impactos en la primera mitad del recorrido. Sufrió más en la segunda parte y terminó cuarto, con un meritorio -6.

También estuvo en la pelea el experimentado Justin Rose (Johannesburgo, 1980). El inglés, que sabe lo que es ganar un grande, aunque de eso ya hace mucho (US Open 2013), lidia bien con la presión (21 top-10 en majors) y jugó un buen torneo. En cuanto a Billy Horschel (Florida, 1986), que arrancó líder la ronda definitiva, enlazó una montaña rusa de birdies (4) y de bogeys (3) que no le permitieron avanzar en la clasificación. No se desmoronó, pero le faltó solidez para plantarle cara a Schauffele. Ambos, Rose y Horschel, fueron segundos con -6.

Shane Lowry, por su parte, estuvo mucho mejor que el sábado, día en el que posiblemente perdió la oportunidad de ganar este The Open. Acabó sexto, con -4. Especialmente espectacular fue su tramo entre los hoyos 4 y 8, en los que enlazó cuatro birdies.

Por último, cabe destacar el fenomenal epílogo de Jon Rahm. En especial, sus 7 primeros hoyos, en los que consiguió cuatro birdies e hizo soñar incluso con una de esas proezas que, de vez en cuando, se atreve a protagonizar. Un bogey en el 11 le llevó a entregar una tarjeta de 68, que le permitió avanzar hasta la séptima posición. Rahm igualó en la clasificación con Scottie Scheffler. El número 1 del mundo fue regular, pero también anodino. Terminó con una tarjeta de 72 (+1), sin dar la impresión, en ningún momento, de poder optar a la victoria final.