Carlos Sainz abre una brecha: ¿y si Ferrari se ha equivocado?

David Sánchez de Castro

DEPORTES

Henry Romero | REUTERS

La victoria de México, posiblemente la más contundente que ha logrado, lo reivindica en el momento más crítico de su carrera deportiva

28 oct 2024 . Actualizado a las 17:59 h.

Carlos Sainz será, en apenas dos meses, un expiloto de Ferrari. Ostentará el mismo estatus que leyendas como Sebastian Vettel, Alain Prost, Nigel Mansell o Fernando Alonso. Todos ellos campeones del mundo, aunque ninguno de ellos defendiendo el escudo de la Scuderia. Como tantos otros antes que él, Sainz ha sido devorado por la bestia que es la escuadra italiana, el equipo más grande de la fórmula 1 pero también uno de los más complejos donde convivir. Los años de gloria de Michael Schumacher son una absoluta anomalía histórica en Maranello, tal y como demuestran los datos.

La apuesta de Ferrari por Charles Leclerc estaba clara desde el primer momento cuando le auparon vía Sauber —hoy ya totalmente desvinculada del equipo italiano—. Antaño, el equipo suizo que se convertirá en el próximo Audi era poco menos que una escudería de transición para que sus pilotos se bregaran antes de llegar a vestir de rojo. Algunos ejemplos son Felipe Massa, Kimi Raikkonen —aunque este pasó entre medias por McLaren— o el propio Leclerc. Desde el primer momento, sobre Leclerc se posó el manto de ser el elegido, Il predestinato como le bautizaron en la prensa italiana, especialmente tras la trágica muerte de Jules Bianchi, poco menos que un hermano mayor para él.

El camino de Sainz hasta firmar por el Cavallino fue bien distinto. Criado en la cantera de Red Bull, se vio bloqueado por la irrupción de Max Verstappen en el camino y, al verse casi fuera de la fórmula 1, tuvo que tomar una vía externa: McLaren. Su buen hacer con los de Woking y la abrupta salida de Vettel provocó un efecto mariposa que lo llevó hasta Ferrari, con quien ha logrado ya tres de sus, de momento, cuatro victorias en el Gran Circo. Este 2024 ya es, de hecho, su mejor temporada, con siete carreras en el podio, de las cuales dos han resultado en carreras ganadas, un segundo puesto y cuatro terceros de momento, a falta de cuatro grandes premios para acabar la extensa temporada 2024.

Lo irónico del asunto es que Sainz se va a despedir de Ferrari después de su mejor año con ellos. Y no porque haya desentonado, ni mucho menos. Leclerc le ha superado en dos de las tres temporadas anteriores en puntos, y este año también será así, pero el diferencial no es tal como para calificar de fracaso el rendimiento que ha dado Sainz en su etapa de rojo. Ahora le tocará buscarse las castañas en Williams, un equipo en ascenso pero que no opta a pelear por victorias ni mucho menos. No es una mala noticia per se: menos presión, más oportunidades de exceder las expectativas —si optas a ganar y no ganas, es un fracaso; si optas a ser octavo y haces quinto, es un éxito— y un equipo histórico donde, a poco, va a mejorar lo que ya hay.

¿Y si la apuesta es errónea?

En el paddock hay un cierto runrún: ¿cómo encajará Lewis Hamilton en Ferrari? La decisión de Fred Vasseur de fichar al heptacampeón en cuanto se puso a tiro es absolutamente entendible. Pocos dudan ya a estas alturas de las cualidades del piloto que ha roto casi todos los récords posibles, desde el número de victorias hasta el de poles o podios. Si tienes al mejor de la historia —estadísticamente hablando— dispuesto a vestir tus colores, ¿cómo no vas a ficharle? La víctima del movimiento fue Sainz. Con Leclerc afianzado desde las raíces en el seno de Ferrari y Hamilton como el fichaje soñado no solo por la dirección deportiva sino también por la empresarial del equipo, Sainz se quedó sin hueco otra vez. Le pasó en Red Bull y ahora le volvía a pasar.

Sin embargo, visto el rendimiento que ha mostrado en esta temporada, muchos miran con sospecha la decisión. A Hamilton se le acerca cada vez más su retirada, que puede ser en cualquier momento si se tiene en cuenta la volatilidad de su carácter. A sus casi 40 años —los cumplirá una semana después de comenzar su contrato oficial con Ferrari— quizá este sea su último baile en la fórmula 1: ¿qué motivación puede tener, si Leclerc consigue estar por delante de él? Si es así, ¿estaría dispuesto a ser segundo piloto? Y, dándole la vuelta, ¿qué pasará con Leclerc si Hamilton le gana y se convierte en el referente de la Scuderia? Pase lo que pase en Maranello, Sainz lo verá desde fuera. En enero se vestirá con los colores azules —si no hay cambio de patrocinador— del viejo equipo Williams. Antes, tiene intención de dedicarle a los tifosi, si puede, alguna victoria más, ya que el que una vez fue de Ferrari, lo es para toda la vida.