Matemáticas y baloncesto en Hong Kong

DEPORTES

Carmen Portela Medraño, antes de un partido con el City University Hong Kong
Carmen Portela Medraño, antes de un partido con el City University Hong Kong CEDIDA

La joven pontevedresa Carmen Portela Medraño juega y estudia becada por una de las universidades de la populosa excolonia británica

19 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A Carmen Portela Medraño, nacida hace 18 años en Aranjuez, pero que vive desde que tenía solo seis meses en Pontevedra, le entusiasman el baloncesto y los números. Lleva botando la pelota desde que tenía 8. Jugó en el CAB de la ciudad del Lérez, hasta que hizo las maletas a Lugo para vestir la camiseta del Ensino mientras cursaba el bachillerato. A finales de agosto, de nuevo los estudios y el baloncesto la llevaron a hacer las maletas, pero hasta la otra punta del mundo. Esta vez ha tenido más influencia en la decisión su pasión por las matemáticas, a las que se quiere dedicar de manera profesional en el futuro y, más en concreto, a aquellas que más se aplican en el mundo de la empresa. «Me puse en contacto con Export Players, porque unos amigos de mis padres conocían a Adrián López, y me comentó la posibilidad de ir a esta universidad de Hong Kong. Ofrecía la posibilidad de jugar, tener una beca y combinar mi vida de deportista y la de estudiante», explica Carmen, que descartó la posibilidad de ir a Estados Unidos. «Conozco a chicas que están allí, pero yo quería algo más enfocado a lo académico. Me atraía la parte deportiva, pero que el enfoque académico no quedase relegado. Además, esta universidad está muy bien considerada, en un ránking mundial bastante alto», añade.

El centro académico en que cursa, la City University of Hong Kong, es internacional, se fundó hace 30 años y cuenta con una de las mayores ratios de estudiantes extranjeros en todo el mundo, con más de 70 nacionalidades diferentes en sus residencias. «Te puedes desenvolver en inglés sin problema, pero a la gente de aquí le cuesta. No es la primera lengua ni para mí ni para ellos. En la calle todo está en inglés y en cantonés [el dialecto de chino que se habla en Hong Kong, diferente al mandarín], y las etiquetas del súper están en inglés, pero a sitios específicos de la ciudad es mejor ir con alguien de aquí para que te entiendan», explica.

Primero estudiante, luego atleta

La gallega mide 1,81 metros y está entre las tres más altas del equipo, todas europeas. «Los equipos de aquí no están acostumbrados a jugar con alguien en el poste. Pero me gusta jugar rápido y los contraataques, así que estoy contenta», afirma, antes de referirse a la mentalidad de sus compañeras: «Me llama la atención lo disciplinadas y comprometidas que son. Empezamos a calentar antes de que llegue la entrenadora, y después tenemos un entrenamiento de tiros a mayores sin ella. Hay una disciplina diferente a Europa: allí todo es más táctico y con más lectura de partido, mientras aquí lo primero es trabajar, esforzarse y cumplir todas para lograr los propósitos como equipo», apunta antes de referirse a un campeonato, iniciado el pasado día 3, en el que compiten doce universidades, todas de Hong Kong. La liga y hasta los entrenamientos se detendrán por los exámenes. «En cuanto a la carrera, hay que hacer las tareas y estudiar; lo académico es lo primero y el propio equipo se preocupa por que cumplas con todo lo que tienes que hacer. Para mantener la beca necesitas una nota mínima. Primero eres estudiante y, luego, atleta», insiste.

Carmen Portela Medraño, en uno de los edificios de la universidad
Carmen Portela Medraño, en uno de los edificios de la universidad

Carmen vive en una residencia desde la que solo tarda diez minutos en llegar a clase. Comparte habitación con una de sus compañeras en el equipo, de nacionalidad eslovaca, en unas viviendas que describe como «más pequeñas que lo que estamos acostumbrados en España, pero la verdad es que están bastante bien y tienen áreas comunes de estudio y para estar», dice, antes de hablar de Hong Kong, donde viven 7,5 millones de habitantes: «Es una ciudad enorme. Vamos a entrenar en metro. Pasa un tren cada tres minutos, y los autobuses, igual. Es superefectivo», señala.

La distancia (hay más de 10.000 kilómetros de Galicia a Hong Kong) es lo que Carmen lleva peor. «Todo lo relacionado con mi carrera es muy competitivo y siempre te dicen que tienes que diferenciarte. Hay mucha gente compitiendo por los mismos puestos de trabajo», señala, antes de explicar que su intención es volver a Galicia y quedarse a trabajar. «¿Cómo mato la morriña? Tengo fotos en la habitación y oigo más música española que la que escuchaba en casa. Hago videollamadas y me gustaría ir por Navidad, aunque la universidad y la ciudad está muy bien y yo estoy encantada de todo aquí», subraya.