Cuando se habla de plantillas de Euroliga, nos referimos a jugadores que están acostumbrados a jugar más de medio centenar de partidos por temporada, dos o tres encuentros por semana en muchas ocasiones. En ello también entra su nivel competitivo y de exigencia, así como la recuperación de esfuerzos.
En contra, el nivel físico de los coruñeses se vio muy mermado por los problemas que ha venido arrastrando durante la última semana. El Baskonia se jugaba sus últimas opciones para estar en la Copa, y Laso no iba a permitir que el equipo vasco se relajase. Ayudó que el Leyma Coruña no apareciese en los 20 primeros minutos del partido.
Fue un equipo al que se le notó cansado luego del gran esfuerzo del otro día, bloqueado en ideas. El que más lucidez mostraba en ataque en la primera parte era Goran Huskic, pero sufría en defensa. El esquema zonal planteado luego de canasta convertida no hacía efecto y la polivalencia de Moneke disparaba el marcador.
En el tercer cuarto se intentó. Se llegó a tener un 17-17 de parcial en este cuarto a falta de dos minutos, donde el aporte de Yunio desde la línea de 6,75 hizo mantener a los naranjas en el marcador, pero los tiros libres de los vitorianos, con un 20 de 20 desde la línea, hacían que a los coruñeses se les escapara la victoria parcial.
El Baskonia buscaba marcar diferencias, pues en posibles empates para la Copa necesita un basketaverage muy favorable, y no dejó pasar la oportunidad. Los minutos pasaban y se hacía más grande la diferencia.
A pesar de jugar contra un superequipo, le tenemos que pedir algo más al Leyma. Esperemos que pronto haya una incorporación que, aunque no sea el salvador, seguro ayudara anímica, física y técnico-tácticamente al equipo, y, sobre todo, recuperar a los lesionados para poder ver la mejor versión de este equipo.
A la vuelta de la esquina, el próximo domingo, una nueva oportunidad. Un triunfo en el Pazo de Lugo nos haría olvidar este partido y conseguir la quinta victoria.