
Cristiano Ronaldo sigue marcando goles, como siempre ha hecho, con 40 años ya cumplidos. Lo mismo que Messi, que continúa anotando y trazando líneas con 37. Pero los dos eligieron retiros dorados, competiciones que no están en el gran foco.
Luka Modric, con 39, mantiene su cuota de minutos en el Real Madrid con todo merecimiento. Nunca le quema el balón en los pies, más que correr parece flotar con una elegancia innata. Iago Aspas, con 37, conserva ese instinto de jugador diferente que le permite interpretar los espacios con una clarividencia muy por encima de la media, con el añadido del gol entre sus virtudes.
El madridista y el celtista siguen en activo, y no como comparsas. Pero con un valor romántico añadido, el de ser referentes en los clubes en los que han desarrollado la mayor parte de sus carreras, con los que se identifican, en los que brillan como ejemplo para todos los que vienen detrás. Cualquier compañero que vea cómo viven el día a día sabrá cuál es el camino.
Para alcanzar esa longevidad a pie de césped tienen que confluir muchos factores. Empezando por el talento, siguiendo por una hoja de servicios sin lesiones graves y terminando por su deseo de continuar compitiendo y disfrutando. Las dos cosas. De hecho, dejan ver que colgarán las botas cuando alguna de esas dos variables falle. Y la sensación es que les queda cuerda, porque saben cuidarse. Cada vez que saltan a la cancha, el espectador sabe que pueden pasar cosas buenas para sus equipos.
Valerón, Donato y Manuel Pablo, tres emblemas del Deportivo, se retiraron con 40 años cumplidos. Carboni sobrepasaba los 41 en el Valencia, al igual que Joaquín en el Betis. La lista de cuarentañeros es otra si también se incluyen porteros, como Ricardo, Diego López, Reina... Al fútbol la nostalgia siempre le sienta bien.