El Caudillo Franco pronto fue conocido entre los españoles como «Paco, el rana». Se debía el apodo a que iba saltando de pantano en pantano y ya pasaban de varias docenas los inaugurados desde la finalización de la guerra civil. Era la mejor solución y, sobre todo, la más barata, para producir energía eléctrica en una época en que la sequía predominaba sobre las tierras de España. No hay que olvidar, además, que España estuvo sometida al cerco exterior, y que, atenuado dicho cerco, la escasez de divisas le hacía muy dificil la importación de petróleo, de ahí que la presa eléctrica fuese la solución preferida. A lo largo de los cuarenta años de régimen franquista se construyeron 539 presas, que llegaron a producir 12 millones de kilovatios, además de 63 centrales termoeléctricas, incluidas las centrales nucleares de Vandellós, Cabrera y Santa María de Garoña, que sumaban una producción de 12,5 millones de kilovatios. En estas centrales eléctricos hubo espectaculares obras de ingeniería, como las de Belesar, en el Miño, y Aldeadávila, en el Duero. Franco solía inaugurarlas de paisano y en todas las fotos aparece con sombrero.