El gesto de alivio y rabio de Pablo Cacheda al terminar el partido habla a las claras de lo dura e importante que fue la victoria cosechada por el Balonmán Lalín anoche ante el Bueu. El 39-38 final refleja la dureza de un encuentro en el que, como avisó en la previa, los lalinenses tendrían que emplearse a fondo para doblegar al siempre incómodo Bueu, uno de los equipos que más difícil le pone las cosas a los rojinegros.
En los primeros compases fueron los visitantes quienes llevaron la ventaja en el marcador, tardando unos cuantos minutos en abrir la lata el Lalín. A medida que avanzaron los minutos el equipo se mostró mas cómodo y rápidamente puso las tablas, llegando al descanso con una ligera ventaja.
En el segundo tiempo el rendimiento fue algo mejor, pudiendo alejarse un poco más en el marcador y abrir brechas de tres puntos. Nunca distancias muy amplias, teniendo al Bueu siempre a tiro de piedra. Con cierta espesura en ataque los dos equipos se vieron abocados a un final de infarto. Para evitarlo, Javi anotó a falta de menos de cuatro minutos para poner un 33-30 que daba aire a un acosado Lalín.
No obstante, un minuto más tarde Roque recortó distancias. Ramón respondió con el 34-31 a falta de dos minutos y medio. Tras varios ataques desaprovechados y defensas férreas, el Bueu se puso a dos goles con 50 segundos. No le tembló el pulso al Lalín, que pese a no marcar supo contemporizar y en un ataque a la desesperada el brazo de Juan evitó males mayores.