Crespo amenaza con promover la disolución de la Mancomunidade de Deza ante el desinterés general
DEZA
Sobraron dedos de una mano, equiparándolos a minutos, para finiquitar ayer el pleno ordinario de la Mancomunidade Terras de Deza, celebrado en el auditorio de Lalín. En parte porque apenas había asuntos en el orden del día, pero también porque se constató de nuevo que hay un desinterés generalizado por darle contenido a la institución ya que ni se acude a las sesiones. Su presidente y alcalde lalinense, José Crespo, incluso recriminó las ausencias de los regidores de Rodeiro, José Luis Camiñas, y de Vila de Cruces, Luis Taboada.
Crespo remarcó que ya habían dado plantón ambos en una reunión previa de alcaldes, donde solo estuvo el de Silleda, Manuel Cuíña, y el mismo. Hay que recordar que en la actualidad solo cuatro municipios dezanos siguen integrando la Mancomunidade, tras la primera marcha de Dozón y más recientemente de Agolada. Incluso llegó a decir que «non son de perder o tempo, de así o mellor será disolver a Mancomunidade».
Antes del pleno, hubo comisión especial de cuentas para refrendar la Conta Xeral del 2021 y la del 2022. En la sesión propiamente dicha solo figuraba dar cuenta del estado de ejecución del presupuesto del 2023. A 30 de noviembre, según recoge el informe del interventor, la situación es de solvencia financiera ya que los remanentes de tesorería para gastos del 2022 es de 82.459 euros, mientras el saldo bancario en cuenta corriente es de 41.148. Pero, matiza, que hay retraso generalizado de los concellos en hacer sus aportaciones a la entidad y hay cuantía insuficiente para pago de facturas por reparación y mantenimiento de maquinaria. Plantea además elaborar el presupuesto para el 2024.