Gañete denuncia que tras años de lucha contra la proliferación de esta especie invasora en el Ulla, la actuación de la Xunta podría dañar el área recreativa
28 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Liberar el cauce del río Ulla de especies invasoras es un trabajo arduo que requiere actuaciones precisas y un mantenimiento continuo para evitar su proliferación. Eso lo sabe muy bien José Manuel Fernández Gañete, un vecino comprometido con el cuidado de la ribera estradense del Ulla y garante del extraordinario estado del área recreativa del Areal de Berres. Sin buscar el reconocimiento ni compensación por su labor, lleva ocho años trabajando en la eliminación de las robiñas o algarrobos. Un árbol que necesita paciencia y esmero para su erradicación total. Ahora, sus esfuerzos podrían irse a pique ante una inminente operación de limpieza de la Xunta que, según indica, supondría «sentenciar de morte ao Areal».
Este empeño contra el algarrobo comenzó después de una actuación de la Xunta contra esta especie invasora que tuvo nefastas consecuencias. Recuerda que tras la corta de los ejemplares, no recibió el mantenimiento necesario y los algarrobos brotaron hasta tupir la zona. «Cando se corta nacen fillos por todos os lados, e se non se coida faise un bosque. Cando xa lles saíran fillos de dous anos potentes, tomei a decisión de encargarme eu da limpeza», afirma Gañete, quien añade que Medio Ambiente dejó el trabajo a medias por falta de inversión.
Unos cuantos años más tarde asegura que en breve los operarios reactivarán los trabajos en el Areal de Berres. «Nos últimos tempos están cortando do outro lado. Cortaron en Santeles, Cora e agora están na beira de Vedra, pero ao que acaben van ir quitar os do Areal», indica. Además del riesgo de rebrote por falta de mantenimiento posterior, uno de los miedos es que con la maquinaria pueda afectar a otros árboles y flora del espacio natural. «Se veñen con maquinaria pesada van a destrozalo todo agora que está impoluto. Estamos en pé de guerra para evitalo, cortaron e o deixaron sen coidar, a actuación inversa», lamenta Gañete.
La incógnita del San Xoán
Otra de las preocupaciones derivadas de los trabajos está relacionada con la campaña estival y, especialmente, con la fiesta del San Xoán. Un espectáculo en plena naturaleza que año tras año gana más admiradores que deciden pasar esta noche tan especial en territorio estradense. «Estamos organizando a festa e non sabemos nin qué facer, ademais a etapa estival quedaría destruída, xa non se podería usar este verán. Para min sería unha puñalada no corazón, a ver de onde saco enerxías para manter o sitio, porque é un traballo tremendo ano tras ano», comenta con resignación.
«Encargueime dos algarrobos do río e páganmo así, destrozando un área recreativa na que levo 25 anos traballando», insiste. Gañete subraya que gracias a su labor desinteresada el número de robiñas está descendiendo, manteniéndolas a raya en varios puntos como el sendero que está creando entre el arenal y Sarandón. «Nesas actuacións hai que ter moito coidado, se eu non lle tocara ao Ulla estaría cheo de algarrobos», afirma.
En las últimas horas logró ponerse en contacto con un responsable de Medio Ambiente que le aseguró que antes de empezar los trabajos se personarían en el lugar para tratar el asunto.
¿Cómo actuar?
José Manuel Gañete considera que existen otros métodos más efectivos para acabar con esta especie exótica invasora. «Tes que estar encima del moitos anos, ata que sequen as raíces. Agora mesmo cóntanse cos dedos dunha man, foron moitos anos dándolle cinco veces a cada brote», explica.
«Cortando unha vez ao ano non fas nada. Cando brota é no verán e aí hai que facer uns cantos repasos ata que se vaia debilitando, cada ano máis ata que chega a secar. Deberían intentar secalo para cortarlle as raíces», apunta. Por otra parte, subraya que el uso de químicos para erradicarlas tampoco es efectivo por el vigor del árbol.