Solo dos firmas del municipio comercializan el jugo de sus olivas y no dan abasto para cubrir la creciente demanda de un producto de alta calidad
18 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace una década que en A Estrada, al abrigo del proyecto Cernes, se plantaron varias hectáreas de olivos con la esperanza de recuperar un cultivo tradicional que fue perdiéndose con el tiempo y que podría ser un revulsivo para relanzar un medio rural más abandonado que nunca.
Muchas de aquellas plantaciones acabaron fracasando a causa de plagas, cuidados inadecuados o errores en el planteamiento de base. Sin embargo, otras salieron adelante y convirtieron A Estrada en un pequeño núcleo productor de aceite que por el momento tiene más ilusión que producto en el mercado.
La mayor parte de los productores cuentan con plantaciones muy modestas en las que cosechan volúmenes de aceitunas que solo alcanzan para fabricar aceite para autoconsumo o para regalar a los amigos a lo sumo.
Solo dos de las explotaciones se han lanzado hasta ahora a comercializar sus propias marcas de aceite: As Besadas y Ouro da Chousa. Sin embargo, la producción que ponen en el mercado es escasa y casi siempre se agota antes de que llegue la siguiente cosecha.
Variedad arbequina
As Besadas es el exclusivo aceite elaborado por los estradenses Lino Rey y Elvira Blanco Rivadulla con la aceituna producida en su finca de O Outeiro, en la parroquia de Callobre. La familia cuenta con una extensión de 7.000 metros cuadrados dedicada al cultivo de aceituna de la variedad arbequina. Los olivos se plantaron en el 2013 y, después de esquivar algunos reveses iniciales, están en plena producción. Aunque eso no garantiza que haya buena cosecha todos los años. Según explica Lino Rey, el año pasado hubo que hacer una poda importante que hipotecó la cosecha. La del año anterior, de 2.000 kilos, dio unos doscientos litros de aceite que hace tiempo que volaron de las tiendas de proximidad en las que se vendían.
Este año, la familia tiene previsto iniciar la campaña de recogida de la aceituna a finales de la próxima semana, si el tiempo acompaña. No obstante, las perspectivas tampoco son las mejores. «A principios da primavera, cando os olivos estaban en floración, viñeron uns días de choiva e de néboa que fastidiaron a flor. Non hai moita aceituna, aínda que desarrollou un pouco máis que outras veces. É máis grande», explica Lino Rey.
La familia, que elabora su aceite en la almazara de Quiroga, espera tener la nueva remesa lista para Navidad. No obstante, advierte de que será una producción limitada. «Esto máis que un negocio é unha opción para ter as terras ocupadas e para facer un aceite para autoconsumo e saber o que comes. Vendemos os excedentes, pero non é algo pensado para facer cartos», cuenta Lino Rey.
Empezando de cero
La otra marca estradense de aceite de oliva es Ouro da Chousa, promovida por Juan Carlos Mosquera, que cuenta con dos hectáreas de olivos autóctonos plantadas hace dos años. Son 420 árboles que podrían llegar a producir hasta 60 kilos de aceituna al año cada uno. Este estradense tuvo problemas con la variedad arbequina que había plantado con el proyecto Cernes y decidió arrancar todas las plantas y empezar de cero. Para mantener la clientela de su Ouro da Chousa, el empresario lleva dos años cosechando aceituna en Quiroga con la que el año pasado elaboró 800 litros de producto que están a punto de agotarse. «Quedan botellas contadas. Estouno regulando para que chegue a Nadal, pero perdemos de vender aceite. Se houbera máis, venderíase máis», cuenta Mosquera. Este año, Mosquera volverá a comprar aceituna en Quiroga para elaborar su marca, que estará en el mercado entre marzo y abril. El próximo año, si todo va bien, Ouro da Chousa volverá a elaborarse con materia prima estradense. Cuando sus olivos alcancen la plena producción podrá cosechar unos 25.000 kilos de aceituna por temporada con los que espera fabricar hasta 3.500 litros de aceite.