El colegio «okupado» de Forcarei que fue precursor gallego de la nueva EGB

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

FORCAREI

miguel souto

El CEIP Nosa Señora das Dores fue uno de los cuatro centros piloto de Galicia

17 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El colegio Nosa Señora das Dores de Forcarei está de aniversario. Este curso cumple medio siglo de docencia y, para celebrarlo, la comunidad escolar le dio este miércoles un repaso a la historia del centro, que no es una historia cualquiera. Para relatar esa aventura salpicada de retos y anécdotas, el centro tuvo la suerte de recibir la visita del que fue su primer director, Manuel Brea Porto, que fue también alcalde de Forcarei de 1974 a 1999 y que, a sus 82 años, conserva una memoria prodigiosa en la que preserva cada detalle de aquella epopeya.

Según cuenta Brea, el centro fue uno de los cuatro colegios piloto que se proyectaron a finales de los años 60 para toda Galicia, uno por provincia. Empezaba a hablarse entonces de la nueva EGB y el alcalde de Forcarei, Francisco Filgueira Gulías, que era maestro de profesión, consiguió que se apostase por Forcarei para llevar a cabo el experimento de integrar las escuelas unitarias en un Colegio Nacional. La construcción del edificio comenzó en 1970. Era un complejo a lo grande, con capacidad para 600 alumnos, comedor, un internado de 60 plazas y 19 viviendas para maestros.

Mientras el edificio se construía, Manuel Brea, que había sido maestro en la escuela de Castrelo y era director accidental de la Escuela Graduada de Forcarei, se encargó de la mano de Filgueira de ir preparando el terreno para la futura concentración del alumnado en el nuevo colegio. Los estudiantes de las parroquias empezaron a derivarse a la escuela de Forcarei (que ocupaba la parcela del actual consistorio) y, cuando esta no dio más de sí, se habilitaron como aulas otros tres locales: uno donde estaba el antiguo cuartel, otro en el local del Frente de la Juventud, que estaba en desuso, y el último en una casa de planta baja en el lugar donde hoy está la cafetería Plaza. «Antes de rematar as obras xa había dous autobuses de transporte escolar traendo rapaces para Forcarei», recuerda Brea. «Cando eu ía polas unitarias, lembro algún cativo de Aciveiro que me saíu ao paso dicindo que non quería ir para Forcarei. Meses despois, volvinlle preguntar e non quería volver para Aciveiro», cuenta ahora Brea riendo.

En 1974 las obras del flamante colegio estaban terminadas, pero el contratista, por unas diferencias económicas que tenía con el Ministerio, no entregaba el edificio. A Brea, que en aquella época ya compaginaba la dirección del centro escolar con la alcaldía, le parecía un desperdicio tener el edificio concluido y vacío, así que llegó a un acuerdo con la constructora para empezar a usarlo extraoficialmente. El contratista facilitó las llaves para aquella «okupación» consentida pero, al ser en la sombra, no había fondos para equipamiento.

Tampoco eso fue impedimento. El pueblo entero se volcó para equipar el nuevo colegio. En un par de camiones prestados por los vecinos se trasladó el viejo mobiliario y material de la Escuela Graduada al nuevo edificio. Con caballetes y tableros de aglomerado se montaron las mesas para el comedor y como asientos se reutilizaron los del viejo cine local y otros enseres cedidos por los vecinos.

El nuevo centro escolar funcionó de forma extraoficial del año 1974 al 1977, cuando por fin se resolvió la entrega del edificio y pudo crearse el Colegio Nacional Nuestra Señora de los Dolores, con 14 unidades mixtas de EGB y una de Preescolar.

El internado nunca llegó a usarse como tal. Se había proyectado pensando en las dificultades del transporte escolar para acceder a muchos núcleos rurales, pero de nuevo la colaboración vecinal resolvió el problema allanando y ensanchando pistas para permitir el acceso. Con el tiempo Brea consiguió convertir aquel internado en un Centro Municipal Homologado de Bachillerato que fue el germen del actual IES Chano Piñeiro.

El colegio Nosa Señora das Dores llegó a tener medio millar de estudiantes. Verlos entrar y salir era como observar un hormiguero. Por eso la revista del colegio se bautizó e su día como O Formigueiro. Hoy, por la sangría poblacional que afecta a todo el rural gallego, son apenas 80 los que disfrutan de unas instalaciones flamantemente renovadas que ofrecen más servicios que nunca.

Una recopilación de fotos, un tema musical y un reencuentro para festejar los 50 años

Para celebrar su 50 aniversario, el CEIP ha ideado un programa de actividades que se extenderán durante todo el curso y que ayer fue presentado por el actual director del centro, José Antonio Vidueiros. De entrada se ha diseñado un logo conmemorativo —con alusión al cole como «formigueiro»— y se ha lanzado un concurso para elegir un lema que se presentará en breve.

El próximo mes se promoverá entre la comunidad la recopilación de fotos antiguas, documentos y objetos para una exposición sobre los 50 años de historia y en diciembre se creará un calendario digital de Navidad con una anécdota por día y se recuperarán villancicos de siempre. Además, en enero habrá una carrera solidaria abierta a toda la comunidad, en abril un taller de contacontos con invitados que son parte de la historia del colegio y en marzo se celebrará un Entroido especial recreando los disfraces que aparecen en las fotos de antaño para recuperar la autenticidad.

También se hará un mural conmemorativo, se publicará un libro, se recibirá a antiguos alumnos o profesores del centro y hasta se estrenará una pieza musical a cargo de la Banda de Gaitas do Concello de Forcarei, que nació al calor del colegio.

A finales de curso se hará un homenaje a la primera promoción, intentando organizar un reencuentro de aquellos alumnos, que hoy rondan los 64 o 65 años, y, como despedida, se hará una gran fiesta de fin de curso.

En la presentación del 50 aniversario del CEIP participaron ayer, además del primer director y del actual, representantes del profesorado y de la asociación de padres de alumnos y la alcaldesa de Forcarei, Verónica Pichel, que también fue alumna del centro. Pichel, que consideró «un orgullo» formar parte de la historia del centro, contó que, tras haber pasado la primera parte de su infancia en Suiza, con seis años empezó su etapa de escolarización en Forcarei. De ella guarda gratos recuerdos, como el Entroido o las clases de educación Física con «Donda» —el ex alcalde David Raposeiras—, a través de quien llegó al Club de Baloncesto Arxil de Pontevedra. Pichel subrayó la calidad de los servicios, las instalaciones y la docencia en el CEIP y se marcó como reto incrementar los empadronamientos en Forcarei para que la matrícula se mantenga. Predicará con el ejemplo. El próximo curso su hijo Óliver empezará el ciclo de Infantil en el CEIP.