Castros, monasterios, puentes o ruinas industriales salpican el patrimonio natural
14 feb 2021 . Actualizado a las 20:45 h.La naturaleza es el principal atractivo del turismo local junto con la hostelería, que ahora debería estar despachando cocidos sin tregua si no fuese por la pandemia. Sin embargo, los municipios tienen mucho más que ver. Castros, monasterios, puentes o ruinas industriales salpican el patrimonio natural que lo enmarca todo. Para quienes aún no las hayan descubierto, aquí van algunas sugerencias.
Lalín
Altar do Sol y Mámoas de Alperiz. El Altar do Sol, nombre con el que lo conocen los vecinos, es una de las siete Mámoas da Cruz del conjunto catalogado en Alperiz. Se trata de un recinto cerrado formado por siete losas y presidido por una gran piedra con dos rebajes en forma de círculo orientado al naciente. Fue declarado BIC en 1974. En su entorno están la Mámoa do Cruce y la Mámoa da Cruz, en la que se puede apreciar el túmulo de tierra y adivinar las siete piedras portantes y la de cubrición, que está movida.
Pazo de Anzuxao. En Madriñán. El edificio actual es del siglo XVIII y cuenta con todos los elementos palaciegos típicos: capilla, palomar y hórreo. Se puede admirar por fuera. Desde 1970 en sus alrededores se encuentran asentadas las instalaciones de Lácteos Anzuxao, una fábrica tradicional de quesos gallegos que ofrece degustaciones y un pase de vídeo sobre el proceso de elaboración que ahora están suspendidos por la pandemia. Esta temporada, la tienda abre de lunes a viernes de 8.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas y los sábados y domingos de 10.00 a 14.00. Vende quesos con denominación de Arzúa-Ulloa y tetilla, además de requesón.
Cartografía da pedra. Conjunto escultórico integrado por diez piezas. Piedras de formas rotundas encontradas en los montes e intervenidas con gravados con formas de petroglifos, orgánicas, geométricas y curvas que buscan el pasado y beben de la tradición de los dólmenes y los menhires. Es una obra de Javier Iván Hita del 2014, en los alrededores del Castro Tecnolóxico.
El casco urbano de Lalín es como un museo al aire libre donde se pueden contemplar esculturas de todas las épocas y estilos. Vale la pena detener la vista también en Á deusa Deza (1994), de Acisclo Manzano, en la rotonda de confluencia de las calles Ponte, Xosé Cuiña, Corredoira y Avenida de Cruces; en el mítico Monumento a Joaquín Loriga (1933) de Francisco Asorey, en el Parque de Loriga; en las figuras humanas de hormigón (1997) de Carlos Rial en el Paseo del Pontiñas o en el Monumento ó porco (2001) de la calle Colón, de Manolo Rial.
La antigua fábrica de papel de Rodís también es digna de una excursión. En sus inmediaciones se puede observar un ejemplar bicentenario de árbol del incienso que se considera único en Galicia.
A Estrada
Esplendor románico. A Estrada conserva hasta 19 iglesias nombradas en bulas papales, privilegios reales y otros documentos y fechadas entre los siglos X y XIII. En muchas, el principal atractivo está en el exterior, con lo que pueden admirarse en cualquier momento. Para descubrir el interior hay que consultar el horario de misas. La visita puede organizarse en dos rutas. Una recorrería las iglesias de San Miguel de Moreira, San Martiño de Riobó, Santo Estevo de Oca, Santa María de Loimil, San Pedro de Orazo, San Cristovo de Remesar, Santo Tomé de Ancorados, San Pedro de Ancorados y Santo Estevo de Lagartóns. La otra, las de San Xurxo de Codeseda, Santiago de Tabeirós, San Lourenzo de Ouzande, Santa María de Frades, Santa Mariña de Barcala y San Xoán de Santeles.
Ruinas de la fábrica da luz de Aguións. Construida a principios del siglo XX. Se conservan las ruinas de la vieja minicentral en un entorno fluvial de aire romántico y gran belleza, entre las parroquias de Aguións y Barbude. Una escalera con un centenar de peldaños da acceso desde el viejo edificio al acueducto, al borde del que se puede pasear. Especialmente vistosas son las ruinas de la antigua pasarela metálica que comunicaba Aguións y Barbude.
Castro de Barbude. Está sin excavar, pero aún así merece la pena. Ahora que está desbrozado se aprecia perfectamente la forma de la muralla. La vegetación colindante eclipsa las vistas panorámicas.
Silleda
Ponte Taboada. En el límite con Lalín y en mitad del Camiño de Santiago (Vía da Prata) se encuentra este puente medieval construido en el lugar de otro anterior hecho de tablas y denominado pons tabulata, de donde deriva el nombre actual. Una inscripción grabada en una roca próxima indica que el puente fue construido en el año 912. En este tramo el camino discurre por una calzada romana primitiva. Cerca está el nuevo puente de Ponte Taboada, construido entre 1861 y 1863. Con sus 40 metros de altura es una buena atalaya sobre el río Deza.
Monasterio de Carboeiro. Está cerrado esta temporada, pero el exterior y el entorno justifican de sobras la visita. Es una joya del arte medieval gallego que ha sido plató cinematográfico en numerosas ocasiones, como en La ley de la frontera (1995) de Adolfo Aristarain.
San Pedro de Ansemil. Antigua iglesia monástica con origen entre los siglos IX y X. Conserva una interesante colección de canecillos de diversa tipología y fachada principal con dos arquivoltas y ajedrezado.