Denuncian el despido de 21 trabajadores de la zona dedicados a la recogida de pollos

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel souto

Se concentraron en Lalín para reclamar la subrogación a sus puestos por parte de la actual prestadora del servicio y unas condiciones laborales dignas

21 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajadores despedidos de Serviguide empezaron ayer a presentar reclamaciones jurídicas por la situación que están viviendo y pidiendo que se les subrrogue y vuelvan a desempeñar una labor que llevan a cabo, en algún caso desde hace dos décadas. Ayer celebraron una concentración en Lalín delante de la estatua de Loriga, la segunda en poco tiempo. La primera tuvo como objetivo reclamar la mejora de las condiciones en las que estaban desempeñando su trabajo. La Inspección de Trabajo les dio la razón y el conflicto se solventó con la aplicación de un convenio del que carecían hasta el momento y el incremento de cantidades de cobro por distintos conceptos. La sorpresa fue cuando unos 10 días después Avigal, a cuyo matadero van los pollos que se recogen, rescindió el contrato a Serviguide al completo y se despidió a toda la plantilla.

Hasta entonces, los 21 trabajadores de la zona afectados, la mayor parte de ellos de Lalín, dos de A Estrada y alguno de Silleda, trabajaban para la consultora Serviguide que se encargada de la colocación y retirada de los pollos en las granjas que iban después al matadero de Avigal, en Pontevedra. Antón Álvarez Merayo, de la Intersindical Galega convocante de estas acciones, denuncia que la realidad laboral que vive este colectivo «está cargada de trampas fiscais para que as empresas que finalmente levan o beneficios real do traballo intenten evitar pasar polo xuzgado».

Cuenta que después de esos despidos «aparece unha empresa de Huelva que se llama Recogidas Avícolas del Sur, que casualmente fai tres meses montou unha empresa que se chama Recollidas Avícolas de Galicia e se poñen a traballar con falsos autónomos e a día de hoxe andan chorando polos bares de Lalín á xente que lles vaya a facer o traballo». «Van a caladeiros onde hai moita necesidade porque ningúen traballa nesas condicións e están ofrecendo un salario de 1.200 euros brutos onde os traballadores se teñen que facer cargo de todo por 12 horas de traballo seis días a semana nunhas condicións deplorables», añade. Merayo acusa a Avigal de esconderse detrás de otras empresas y considera a Avigal responsable de esta situación amanazando con llevar la protesta a las puertas del matadero.

Durante un año los trabajadores de Serviguide «levan unha loita desigual por unas condicións dignas». Estaban en unas condiciones, apunta, «con xornadas laborais de doce horas de media, algúns máis e as veces, seis, sete ou cinco días de traballo á semana e un coñecemento do seu horario inexistente». Relata que a mediodía de cada día sabían a qué hora se iban a trabajar y a dónde «e unha hora estimada de volta porque dependían dos camións e das propias granxas ás que servían».

Responsabilidades

Aunque trabajaban para Serviguide, explica Merayo, «e estas empresas non traballan para Avigal senón para asociacións de granxeiros que se constitúen eles sós por amor á arte e fan os calendarios que, curiosamente, nos veñen co cruño do matadeiro de Avigal. As granxas nos dan un cuadrante firmado por Avigal cos horarios do matadeiro de Avigal, pero Avigal non ten nada que ver nin ningunha responsabilidade en este tipo de servizos» y denuncia que «iso é o que nos queren colar coa lei vixente».

Después de las movilizaciones anteriores la empresa «forzada pola inspección» les aplicó el convenio de transporte de mercancías de la provincia de Pontevedra. Se negociaron diferentes pluses por la especial dureza física del trabajo. Cada trabajador, dice, levanta varias toneladas al día de pollos, unas 15 toneladas por persona «según os estudos de saúde laboral». Merayo recuerda alguna denuncia presentada por «o trato discriminatorio, xenófobo e racista que se lles da a moitos traballadores».

Se queja de que en algunas granjas nuevas no se les permitía, por ser de una firma externa. el uso de las duchas, el agua caliente o los vestuarios «e se lles facilitaba a caseta dos cans para cambiarse, sen luz e sen agua e por ter non tiña nin chan». Critica unas condiciones laborales que incluyen «traballar a oscuras en naves ateigadas de animais onde a ventilación poderíase mellorar e onde a concentración de amoníaco é tremenda e onde se lles da Epis contados e unha mascarilla quirúrxica 15 días ao mes», asegura.

En estos momentos aún están pendientes de una denuncia cursada antes de los despidos contra una granja de Rodeiro por el trato recibido.