«La Noche Santa es el último día del estricto ayuno navideño ucraniano»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

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Las mesas festivas, reuniones familiares e intercambio de regalos centran su celebración

04 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Kateryna Dunets el 15 de marzo significa mucho en su vida. En este 2025 se cumplirán tres años de su llegada a Lalín con su hijo, procedente de Polonia, en el autobús fletado por aquel entonces por el Concello de Lalín para acoger en la localidad a refugiados ucranianos que huían de la guerra en su país, fundamentalmente mujeres y niños. A diferencia de otros camaradas ucranianos Kateryna se quedó en la capital comarcal, donde dice sentirse encantada. Aquí trabaja y disfruta de las fiestas navideñas, que poco tienen que ver con las de su país de origen, al que no renuncia poder volver algún día.

—¿Satisfecha con su decisión de haberse quedado en Lalín?

—Si, estoy muy contenta. Claro que estoy deseando volver a Ucrania para poder estar con mi familia, pero no para volver a vivir allí. Bueno de momento opino así, pero la vida da muchas vueltas, y no se sabe... Nunca imaginé que acabaría viviendo en España y mira lo que pasó... Aquí estoy viviendo en Lalín desde hace casi tres años gracias a la ayuda que nos prestó el concello. He encontrado trabajo en el pueblo. Soy manicurista profesional y actualmente trabajo en el Centro de Belleza Bella Rey, y además formo parte de la Coral Polifónica de Lalín. Es para mi un gran placer y orgullo el poder estar entre personas tan encantadoras que me aceptaron en su colectivo con mucho amor y cariño. Es muy importante para mi. Es como tener otra familia.

—¿Cuál es su ciudad de origen?

—Vengo de la región de Vinnytsia que está a 260 kilómetros de Kiev, la capital, y tenía más de 300.000 habitantes cuando me vine. Lalín es un pueblo mucho más pequeño, pero soy feliz.

—Estamos en unas fechas muy familiares. ¿Cómo se viven las Navidades en su país?

—La Navidad es una de las fiestas más importantes para los ucranianos. Lo celebramos de generación en generación, adhiriéndonos a tradiciones y creencias. En Ucrania, algunas personas celebran la Navidad el 25 de diciembre, según el calendario gregoriano, y otras el 7 de enero atendiendo al calendario juliano. Nuestra familia está adherida a la fe ortodoxa, y por eso a lo largo de nuestra vida celebramos la Navidad el 7 de enero. Sin embargo, independientemente de la fecha, la celebración tiene ciertas tradiciones y rituales. Las tradiciones navideñas incluyen principalmente la unión familiar. Siempre hemos percibido esta festividad como algo que debe celebrarse en el círculo familiar.

—¿Cómo lo celebran?

—Las tradiciones de celebrar la Navidad en Ucrania incluyen una mesa festiva. La fiesta comienza en vísperas de Navidad, la Noche Santa del 6 de enero. Los doce platos de ayuno que simbolizan a los doce apóstoles se consideran un tributo obligatorio. Nuestro plato principal es el kutya, que suele colocarse en el centro de la mesa junto a una vela encendida. El kutya se prepara de trigo, con pasas, semillas de amapola, nueces y miel. Según la tradición hay que prepararlo tres veces: el primero, rico; en Noche Santa; el segundo denominado generoso en vísperas del día de San Basilio (en la tradición oriental, el 14 de enero, y en la occidental el 1 de enero), y el tercero se elabora en vísperas de la Epifanía el 19 de enero, y es el hambriento. Las tradiciones navideñas ucranianas implican dejar kutya después de la cena festiva en la mesa para los espíritus de los antepasados fallecidos. Nuestra gente cree que en la Navidad estos visitan su hogar. La Noche Santa es el último día del estricto ayuno navideño. Además de kutya, en la mesa debe haber setas, pescados, varéniki con judías, repollo y patatas y uzvar (bebida tradicional ucraniana). En ese día siempre preparábamos doce platos en honor a los doce apóstoles. En Noche Santa intercambiábamos regalos con miembros de la familia con mucho cariño, abrazos y besos, y en una cálida atmósfera.

«Una gavilla de tallos de trigo, nuestro talismán, simboliza riqueza y bienestar»

A Kateryna le gusta la música y también los villancicos, que le recuerdan su país, y su interpretación por parte de toda la familia que los cantaba la noche «con la primera estrella del 6 de enero en que se iba de casa en casa, y a cambio de un villancico recibías dulces y monedas. Se cree que cuantos más villancicos vengan a la casa más prosperidad le espera a sus residentes en ese año. Cuando era niña estaba encantada con estas tradiciones y esperaba con ansia las próximas vacaciones de Navidad», recuerda con emoción. Además la mundialmente famosa canción Carol of the bells no es más que el ucraniano Schedryk escrito por el compositor Mykola Leontovych, «considerado un símbolo no solo de la Navidad, sino también de la liberación de Ucrania de la guerra», comenta.

Otro tributo importante de la Navidad ucraniana es el «diduj», una gavilla de tallos de trigo, el principal adorno navideño en cualquier hogar ucraniano que simboliza el espíritu de los antepasados, bienestar y riqueza y actúa como talismán de la familia. «Se ha creído durante mucho tiempo que los familiares fallecidos vienen a pasar tiempo con su familia el día de Navidad», explica Kateryna. El «diduj» se coloca tradicionalmente debajo de las imágenes, en el lugar más honorable de la casa.

A pesar de sus casi tres años residiendo en Galicia esta joven madre ucraniana dice sorprenderse todavía con nuestras tradiciones navideñas, que poco se asemejan a las suyas. Las cabalgatas y la llegada de sus Majestades de Oriente son de lo que más le sorprende, pero reconoce recibirlas encantada. «Es algo muy nuevo para nosotros que nunca lo habíamos vivido, pero son tradiciones bonitas y de las que estamos disfrutando mucho», reflexiona.