Rafael Agulló: «El espectáculo es impresionante, va a dejar maravillada a la gente que lo vea»
SILLEDA
El concierto, que se preestrena mañana, tiene un repertorio variado e incluye temas emblemáticos
25 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Rafael Agulló Albors (Cocentaina, 1983) es el director de la Banda Municipal de Música de Silleda desde hace trece años y en quien se ha confiado la dirección artística de un espectáculo mayúsculo, Os camiños de Breogán. Se trata del concierto que representará a Galicia en la inauguración del Festival Internacional de Lorient y que se preestrena gratuitamente mañana en Santiago, a las 22.00 horas en A Quintana, como colofón al festival TradFest que organiza La Voz de Galicia con la colaboración del Concello de Santiago, el Xacobeo 2021 y Galicia Calidade. Agulló, que considera que «es de bien nacidos ser agradecidos», quiere poner el foco «en esas decenas de personas que han hecho que esto se pudiera materializar, a pesar de todas las adversidades que uno se encuentra cuando se enfrenta a un proyecto de estas dimensiones».
-¿Qué se va a encontrar el público que asista mañana al concierto?
-El espectáculo es muy dinámico, muy variado y bastante impresionante. Sabemos que va funcionar y a dejar maravillada a toda la gente que lo vea.
-¿Cómo surgió el proyecto?
-Tiene su origen por el año 2015. En la Banda Municipal de Silleda hay un par de músicos que coinciden con la de gaitas de Forcarei, y me proponen una locura: hacer algo conjunto, a medio camino entro lo sinfónico y la música popular, y fue un exitazo. Todo aquello que creaba un montón de dudas en nosotros, que suponía incorporar instrumentos de la cultura popular, la verdad es que tuvo una gran acogida entre el público y pensamos en preparar algo más ambicioso. Empezamos a trabajar, con la idea definitiva de Os camiños de Breogán a principios de septiembre del año pasado, cuando concretamos los artistas invitados que participan. Nos pusimos en contacto otra vez con Adrián Saavedra para hacer los arreglos con los solistas.
-¿Qué repertorio se ha elegido para la ocasión?
-Es algo muy consensuado. Teníamos que hacer que la gente escuchara cuáles son los ritmos de la música tradicional: muñeira, foliada, alborada, pasodoble, rumba...; además de otros géneros menos gallegos pero que a raíz de la emigración a Sudamérica y de ese contacto con el exterior acabamos haciendo propios, como el bolero y demás. Queríamos que todo el espectáculo fuera un compendio de ritmos que caracterizan a nuestra música, y no podían faltar ciertas canciones emblemáticas. Me refiero a Noite na eira do trigo, que cantan Begoña Lorenzo y Davide Salgado, el Miudiño, que el himno no oficial de Galicia, a la par que A Rianxeira. En Pequena Meiga, con Pablo Seoane como solista, se ve clarísimamente esa contaminación positiva que de otras culturas en nuestra música. También se incluye algo de zarzuela gallega y en este caso Josele va a interpretar una pequeña selección. La pieza de Abraham Cupeiro es un pequeño homenaje a las culturas celtas hermanas y Suso Vaamonde toca instrumentos de la música tradicional no tan conocidos como la gaita o el tamboril. Tato Cupeiro como Vaamonde aportarán su granito de arena didáctico al concierto con pequeñas explicaciones.
-Entre las bandas de Silleda y Forcarei, encargadas de poner la base musical, ya hay unos 125 músicos, sin contar a los solistas y la sección de baile de Xirandola. ¿Es la pesadilla de un director?
-Para ser sincero, es muy difícil. La primera toma de contacto en persona fue hace poco. Cada uno trabajó sus piezas por su cuenta y empastarlo todo no es fácil, pero la verdad es que estos últimos ensayos están siendo impresionantes.
-¿Cuál ha sido el mayor reto?
-Musicalmente no ha sido de lo más complejo que he tenido entre manos, pero logísticamente fue un quebradero de cabeza.
-¿Cómo se están viviendo los días previos?
-Los músicos de la banda municipal están ilusionadísimo. Es algo inédito para ellos, aunque hacemos proyectos interesantísimos desde hace muchos años, pero hasta la fecha no tuvimos uno de esta envergadura. Y, personalmente, nunca estuve en Lorient y todo lo que pueda saber es por lo que me hayan podido contar.