La firma española revisará el acuerdo con la planta de Bergen Los avatares del astillero nórdico no influirán en el desarrollo del contrato en Ferrol
30 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El socio noruego de Izar en el contrato de construcción de las cinco fragatas F-310 está al borde de la quiebra. De hecho, Mjellem & Karlsen se declaró en bancarrota a mediados del presente mes, aunque pocos días después consiguió una inyección financiera de cerca de 600.000 euros (100 millones de pesetas) que ha posibilitado su reapertura únicamente, según reflejan los medios de comunicación del país, para hacer frente a la obra de las fragatas para la Marina nórdica. Fuentes de Izar explicaron ayer que están a la espera de que la compañía les presente un plan industrial en el que detallará cómo va a afrontar el trabajo (consistente en la construcción de varios bloques para las cinco unidades y el ensamblaje), en su factoría de Bergen de los dos últimos barcos. La compañía española se mantiene a la expectativa de los acontecimientos, aunque reitera que los avatares de Mjellem & Karlsen no afectarán al desarrollo de la obra en España. Salir a flote Si finalmente el grupo naval nórdico no consigue salir a flote, Izar tendrá que buscar en el país otro socio, ya que el contrato suscrito con el Ministerio de Defensa de Noruega obliga a que parte del proceso de construcción se desarrolle en su territorio. Sin embargo, la compañía española descartó ayer que esté llevando a cabo algún tipo de conversación con otras industrias noruegas con las que reanudar, si así fuese necesario, los trabajos de fabricación de los módulos. Las dificultades económicas de M&K eran conocidas por la dirección de la antigua Bazán desde hace más de un año, cuando se hizo público que la firma española le había adelantado parte del presupuesto del contrato -valorado en 240 millones de euros (40.000 millones de pesetas)- para que pudiese hacer frente a las obras de adaptación de sus instalaciones para poder construir las modernas fragatas. Sin embargo, ni la Marina noruega ni los directivos de Izar podían imaginarse a finales del pasado junio, cuando se dieron cita en la planta de Bergen para participar en el acto oficial de inicio de la fabricación de los primeros módulos para las F-310, que la crisis iba a desembocar en el anuncio de una quiebra, que deja en la calle a 450 trabajadores. Las últimas declaraciones de los propietarios de la empresa noruega aluden a que únicamente mantendrá abierto el astillero de Bergen, con una plantilla de cien personas, y con el único fin de cumplir con el contrato suscrito con Izar, que garantiza carga de trabajo hasta el 2009. La constructora española -que comenzó a fabricar la primera F-310 el pasado diciembre- espera que Mjellem & Karlsen le presente la próxima semana sus objetivos industriales para la obra.