El SCH dice que un fue un error cerrar oficinas y anuncia que abrirá 300

M.?J. Alegre MADRID

ECONOMÍA

25 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El presidente del grupo Santander Central Hispano (SCH), Emilio Botín, reconoció ayer el «importante error» de haber procedido al cierre de numerosas oficinas en épocas de fusiones en España, cuando se clausuraron hasta 2.000 sucursales por la existencia de redes redundantes. Una equivocación que no se ha repetido en Latinoamérica, dijo. El Santander se propone ahora abrir 300 oficinas en tres años en España, tras la incorporación de un centenar largo en los dos pasados ejercicios. Botín realizó estas declaraciones en la presentación de los resultados del grupo, que ganó 3.136 millones de euros en el 2004, cifra que representa un incremento del 20,1% sobre el ejercicio anterior y el mejor resultado de su historia. En la recta final del año, el banco aplicó 831 millones de euros de plusvalías extraordinarias obtenidas con la venta del 2,5% del Royal Bank of Scotland, de la participación en Vodafone y del banco Shinsei al pago de prejubilaciones -527 millones netos-, y a gastos derivados de la adquisición de Abbey. Botín y el vicepresidente y consejero delegado, Alfredo Sáenz, anunciaron en la presentación de las cuentas un adelanto en los planes de integración del banco británico: en el 2005 se obtendrán ahorros de 225 millones de euros, un 50% más de lo previsto para ese ejercicio, y saldrán la totalidad de los 3.000 empleados considerados excedentes, 2.000 de ellos en los primeros meses del ejercicio. Sede Botín informó en detalle de los resultados del Santander en la nueva ciudad financiera del banco, en las afueras de Madrid. Explicó que la operación inmobiliaria consistente en la venta de los edificios tradicionales -por unos mil millones de euros-, y la construcción de la nueva sede, con un coste estimado de 550 millones, generará unas plusvalías de 450 millones de euros. El presidente del Santander rehusó comentar cualquier aspecto relativo al juicio que se le sigue en la Audiencia Nacional por las jubilaciones multimillonarias que cobraron antiguos ejecutivos del banco. Pero aprovechó las preguntas sobre esta materia para recordar que la cotización de la entidad en Bolsa «no se ha visto afectada en absoluto», por el proceso, lo que, en su opinión, es prueba de la bondad del equipo y del consejo del banco. Un órgano de administración en el que «hay miembros que son destacados accionistas», observó. Si el Santander hubiera sido objeto de planes como los que alimentó la constructora Sacyr Vallehermoso respecto al BBVA, «los hubiera planteado al consejo», dijo el presidente del banco. Euforia En el tono eufórico que marcó toda su intervención, Emilio Botín mencionó la revalorización de la acción de la entidad en un 21% desde el 26 de julio hasta la fecha, y apuntó que los 60.000 millones de capitalización del Santander superan la suma de la primera y segunda entidad alemanas o de las dos líderes italianas, por poner dos ejemplos europeos. «Pero la acción sigue barata», puntualizó.