El Tribunal de Arbitraje de Moscú declaró ayer en bancarrota a la petrolera privada rusa Yukos a petición de sus acreedores, según anunciaron fuentes judiciales. El gerente provisional, Eduard Rebgún, fue nombrado administrador provisional, y tendrá un plazo de un año para liquidar la compañía cuyo fundador, Mijaíl Jodorkovski, cumple una condena de ocho años por delitos económicos de los que se declara inocente. La defensa de Yukos anunció que la compañía apelará en instancias judiciales superiores la decisión, solicitada por los acreedores y por Rebgún con el argumento de que la empresa es inviable desde el punto de vista financiero. La sentencia, que puede ser apelada en el plazo de un mes, suspende los poderes de los órganos ejecutivos de Yukos, y obliga a su directiva a entregar a Rebgún en tres días toda la contabilidad y el sello de la antaño mayor petrolera privada de Rusia. Críticas El abogado de Yukos, Drew Holiner, explicó a la prensa que la tarea de Rebgún en calidad de síndico de quiebra será «deshacerse cuanto antes de los activos para saldar las deudas». «No tendrá posibilidades de esperar para escoger una situación favorable en el mercado», dijo Holiner, según la agencia Interfax. El letrado acusó a Rebgún de valorar a la baja la capitalización de Yukos, y cuestionó la validez de las reclamaciones fiscales que afronta, al señalar que éstas cada año «superaban el cien por ciento de los ingresos anuales de la compañía». Los acreedores de Yukos, el mayor de los cuales es el fisco ruso, rechazaron hace una semana el plan de saneamiento financiero de la petrolera.