Rivero y la familia Sanahuja dividen en dos Metrovacesa ante sus diferencias insalvables

Julio Díaz de Alda MADRID

ECONOMÍA

19 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Lo que no puede ser, no puede ser, y, además, es imposible. Tras una encarnizada guerra de opas sobre Metrovacesa, que dejó a sus protagonistas exhaustos y en empate técnico, Joaquín Rivero y la familia Sanahuja han decidido repartirse la inmobiliaria y seguir cada uno su camino. Los actuales accionistas minoritarios podrán acudir indistintamente a una, otra, o a las dos nuevas firmas al tiempo, en un complejo proceso que se alargará hasta finales de año. En una decisión salomónica, y ante la evidencia de que el más mínimo acuerdo era inviable, cada cual liderará una de la dos nuevas sociedades: una centrada en Francia y otra en España. Así lo pactaron durante el pasado fin de semana y así lo expondrán al consejo de administración de la compañía en los próximos días. La separación requerirá el visto bueno de la junta general de accionistas y de los reguladores de los mercados español y francés. Ahora resta la complicada labor de delimitar los activos de Metrovacesa, para lo que ya se ha contactado con un banco de inversión. Las dos partes desvelaron ayer sus planes mediante un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El enfrentamiento personal por el control de la empresa -se llegó en su día a hablar de «traiciones»- que han mantenido Rivero y los Sanahuja se edulcora en el texto enviado al regulador, que se limita a reconocer «discrepancias» y «concepciones distintas» del modelo de desarrollo social. El cruce de opas terminó el pasado 20 de septiembre y hasta el próximo 20 de marzo ambos tenían prohibido por ley comprar acciones de la inmobiliaria. Tras las ofertas competidoras, el presidente de la inmobiliaria y su socio Bautista Soler captaron un 35,84% del accionariado (18,4% el primero y 17,44% el segundo) mientras que los promotores valencianos elevaron su participación hasta el 39,45%. Según fuentes del sector, ni uno ni otro podían adquirir al enemigo su mitad de la empresa y la división era la única salida.? Francia y España Metrovacesa quedará seccionada en una Nueva Metrovacesa, con la familia Sanahuja como accionista de control, que recogerá los actuales negocios en España así como parte de los activos de alquiler (sobre todo, centros comerciales) de Gecina, la filial francesa de la matriz. Rivero y Soler controlarán una segunda Gecina, en la que se mantendrán la mayoría de los edificios de la gala así como algunos elementos en alquiler en España. El reparto responde a las preferencias de uno y otro contendiente.