El naval gallego opta a 20 contratos para asegurar el trabajo en el 2012

ECONOMÍA

Los astilleros se lanzan a una puja desesperada por todo tipo de buques, tras la caída de pedidos del 98% en el 2009

16 feb 2010 . Actualizado a las 13:22 h.

Los astilleros gallegos solo tienen carga de trabajo para un año. Las gradas de montaje comenzarán a vaciarse durante el 2011, con la entrega progresiva de los 30 buques que todavía quedan en una cartera de pedidos en la que, en los últimos 12 meses, solo han entrado 7 nuevos contratos.

Nadie quiere pronunciar la palabra crisis, pero la situación generada por la caída mundial del tráfico marítimo tiene al sector gallego en vilo. Hasta tal punto, que los astilleros privados se han lanzado a la puja desesperada en concursos de contratación de todo tipo de buques con el objetivo de iniciar la remontada en el 2012, un año antes de lo que pronostican los analistas del mercado marítimo mundial, que sitúan el principio de la recuperación en el 2013.

¿Por qué el naval gallego puede salir a flote antes que sus competidores? En primer lugar, «porque los astilleros están disparando a todo lo que se mueve», según palabras del presidente de Hijos de J. Barreras, Francisco González Viñas. Ferris, oceanográficos, buques de apoyo de todo tipo, pero de alto valor añadido, para librarse de la competencia de bajo coste, aún poco bregada en tecnología punta.

Contratos a la vista

En total, en estos momentos los astilleros privados gallegos aspiran a una veintena de contratos, cuya construcción comenzaría a lo largo del 2012.

Hijos de J. Barreras concursa en varios frentes: desde buques off-shore para Noruega a pequeños cruceros de lujo para armadores alemanes y americanos; Freire cuenta con sumar a su cartera de pedidos al menos dos nuevos oceanográficos; Vulcano tiene conversaciones avanzadas para deshacerse de dos sísmicos que tiene ya concluidos en las gradas y compite por la adjudicación de varias unidades off-shore, al igual que Metalships&Docks, cuya matriz Rodman está en el punto de mira de Venezuela para la firma de un contrato de una decena de patrulleras, aunque se trataría de construcciones de poliéster que no computan en la cartera de pedidos del naval, integrada exclusivamente por construcciones de acero.

Existe una segunda razón de peso que permitiría la remontada del naval gallego antes que el resto de los competidores: su especialización en los buques de apoyo a la industria del petróleo. Hace un año, el precio del barril estaba a 40 euros. Ayer superaba ya los 80 euros y la tendencia es que a mediados del 2010 supere los 100 euros, una cantidad lo suficientemente apetecible para que vuelvan a demandar barcos para la localización de yacimientos, en los que el naval de Vigo está especializado (oceanográficos, sísmicos y buques acomodation, de servicio a plataformas petrolíferas).

Desplome histórico

Con la mirada puesta en la firma de esos contratos, que harían repuntar al sector de su ya inevitable declive durante el 2011, los astilleros acaban de hacer balance de un año 2009 satisfactorio desde el punto de vista de la actividad en las gradas, pero crítico en cuanto a la contratación de buques. Según los datos recogidos por el informe de la Gerencia del Sector Naval del Ministerio de Industria, correspondientes a enero del 2010, la firma de contratos en los astilleros gallegos se desplomó un 98% en el último año.