Caixa Galicia y Caixanova pactan un sistema para garantizar la «no agresión»
ECONOMÍA
Caixa Galicia y Caixanova se han dado cuatro meses para atar su protocolo de fusión y refrendarlo en las asambleas. Una cuestión clave a partir de entonces será aportarle al pacto garantías de paridad hasta que la fusión se materialice y renueve los órganos de gobierno (tres años de transición).
El acuerdo marco establece un equilibrio total en los órganos de gobierno de la caja única, conformados al 50% por representantes de Caixanova y Caixa Galicia. Para evitar agresiones en el mando, la alianza prevé un sistema de control mutuo. Será un mecanismo cruzado que impedirá a ninguna entidad «imponer» decisiones sobre la otra. La idea es que ambas tengan que buscar el acuerdo mayoritario y que las grandes decisiones estén, por así decirlo, condenadas al consenso, o al menos a la obtención de una mayoría amplia.
La clave estará en las atribuciones de los copresidentes durante esos tres años. Ninguno tendrá carácter ejecutivo, pero en sus manos estará desnivelar la balanza que al menos en teoría quieren garantizar la dirección general (ocupada por José Luis Pego, de Caixanova) y la dirección general adjunta (al cargo de Javier García de Paredes, de Caixa Galicia).
De entre los copresidentes, está decidido que quien ejerza funciones de presidente durante los 18 primeros meses (y todos los rumores apuntan a que será Julio Fernández Gayoso), tendrá voto de calidad en el consejo de administración y en la asamblea general. Pero también en las comisiones dependientes del consejo: delegada, obra social, inversiones y retribuciones (estas dos últimas, consultivas).
Como contrapeso, el tercer órgano de gobierno de la caja, la comisión de control, estará presidida (con voto de calidad) por el otro copresidente. Por ley, la comisión de control supervisa la actuación del consejo. Y velará por el cumplimiento del protocolo de fusión, donde se hará mención expresa a la paridad, al reparto de sedes o al equilibrio del equipo directivo.
El presidente de la comisión de control podrá informar a los reguladores autonómico y estatal (Facenda y Banco de España), sobre cualquier irregularidad. Y también forzar una convocatoria de la asamblea.
De esta manera se pretende forzar al copresidente en el ejercicio de la presidencia a buscar acuerdos de amplia mayoría. «Sería un contrasentido tomar decisiones arbitrarias durante la mitad del período transitorio, y hacer lo mismo en sentido contrario durante los segundos 18 meses», señala una fuente próxima a la fusión.
Uno de los ejemplos más recientes de enfrentamientos entre la comisión de control y el consejo de administración en una caja española ha sido el de Caja Madrid.
Ambos órganos de gobierno mantuvieron posiciones contrarias sobre la reforma de la ley madrileña de cajas y sobre el proceso electoral, que concluyó con Rodrigo Rato como candidato de consenso.