El BCE pone algo más de carne en el asador, pero no frena la embestida

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Las diferencias sobre el papel de la entidad erosionan la alianza francoalemana

17 nov 2011 . Actualizado a las 10:58 h.

Nuevo envite de los mercados. Y, esta vez sí, el Banco Central Europeo decidió estirarse para frenar la embestida. Sacó la chequera y puso sobre la mesa -según cálculos del mercado- entre 1.500 y 2.000 millones de euros. Pero volvió a quedarse corto. Solo logró una exigua, y en algunos casos efímera, mejora de las primas de riesgo, algunas de las cuales pulverizaban sus récords poco antes de que la autoridad monetaria se metiera en harina. En el caso de la española, ni siquiera eso, porque cerró en 460 puntos -seis más que el martes-, firmando así otro máximo histórico. La francesa también batió marcas: llegó a 195 (en agosto estaba cómodamente instalada en los 80), pero cerró cinco por debajo, igual que la víspera.

Solo las bolsas mejoraron significativamente.

La maniobra fue tan ineficaz que en las mesas de operaciones ya circula el rumor de que la autoridad monetaria podría estar estudiando la posibilidad de fijar un tope para el tipo de interés de los bonos a diez años, a partir del cual intervendría a destajo. Pero, de momento, son solo eso, rumores. «Más bien deseos», apuntan los más escépticos de los analistas.

Lo que sí es cierto es que cada vez son más las voces que claman por una mayor implicación del BCE. Y, ahora que le ha visto las orejas al lobo, se ha sumado al coro una de mucho peso, la de Francia. «El papel del BCE es asegurar la estabilidad del euro, pero también la estabilidad financiera de Europa. Confiamos en que tome las medidas necesarias para garantizarla». La frase la pronunció ayer la portavoz del Gobierno francés Valerie Pecresse tras una reunión del Gabinete de Sarkozy, informa Efe. Para añadir a renglón seguido que su Ejecutivo considera que la brecha que se ha abierto entre sus bonos y los germanos «no está justificada». París se aferra con uñas y dientes a su matrícula de honor en solvencia. Pero, sus bonos se pagan ya a más del 3,5 % y su situación económica no está tampoco para echar cohetes. Sabe muy bien que puede perder su codiciada triple A a manos de las implacables agencias de calificación. Moody?s ya ha amagado con arrebatársela.

Pero, de momento, Merkel sigue sin estar por la labor de dejar que el Banco Central Europeo se meta en el berenjenal. Dicen los expertos que quiere aprovechar la soga de los mercados para acelerar las reformas de los díscolos, empezando por Italia. Lo volvió a dejar muy claro ayer: «Según los tratados, el BCE no tiene la posibilidad de resolver estos problemas».

Las diferencias sobre el papel que ha de jugar la institución están, de hecho, haciendo mella en la alianza francoalemana.

Subasta con el bono en máximos

El bono español a diez años alcanzó ayer en el mercado secundario -donde se negocian los títulos ya emitidos por el Estado- el nivel más alto de la era euro: 6,41 %.

La cifra complica la misión del Tesoro, que tiene hoy cita con el mercado. Pretende captar hasta 4.000 millones de euros, precisamente con la emisión de títulos a ese plazo.

La última vez que los ofreció, hace un mes, pagó un 5,43 %, e incluso consiguió rebajar el coste de la puja anterior. Hoy es seguro que lo tendrá que elevar.