Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

NCG lucha por su independencia

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

EDUARDO PEREZ

El Gobierno tiene que mover ficha en favor del futuro en solitario de la entidad gallega, mientras la gran banca redobla sus ansias por ella

29 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La reforma financiera propiciada por el PP ha dado una nueva vuelta de tuerca que atrapa aún más a Novagalicia, tras la que hizo el PSOE un año antes. Sucede cuando se está a punto de dar entrada a unos inversores privados que reclaman unas garantías que solo el Estado, primer accionista de la entidad, puede dar. Y solo la llegada de ese capital puede garantizar que el banco que preside José María Castellano siga con un plan que se resume así: ni comprar ni ser comprado; seguir independientes.

¿Por qué es tan importante Novagalicia?

Hoy los Gobiernos de Canarias y de Valencia lamentan públicamente la pérdida de sus entidades. Galicia no. Es, junto a Cataluña y País Vasco, la única comunidad que ha conseguido anclar en su territorio una entidad de tamaño mediano tras la primera ola de uniones. Novagalicia y Pastor suman el 50 % de la cuota de negocio en la comunidad. Tras la venta de este último al Popular (consecuentemente, las decisiones se tomarán en Madrid), el principal brazo financiero es, casi en exclusiva, NCG. Por ello su viabilidad es tan relevante. Es actor protagonista para salir de la crisis

¿A quién interesa que el plan del banco no salga?

A la gran banca, que no ha logrado arañar cuota de mercado en una comunidad muy ahorradora y muy poco morosa. Hacer caer, comprar, en definitiva, a muy bien precio, Novagalicia es hacerse con un negocio extraordinario. Se sabe del interés del BBVA y de La Caixa (hoy Caixabank), que insisten al entorno del Gobierno en la necesidad de retirarla del mercado.

¿Está el Gobierno dispuesto a dar vía libre al plan de Novagalicia?

No está nada claro. Y dentro del Ejecutivo se antojan posturas diferenciadas, sobre todo en el área económica. Se sabe que en el 2010, durante el proceso de fusión de Caixa Galicia y Caixanova, Rajoy, dubitativo al principio, se arrimó finalmente a la operación, y la defendió públicamente, incluso ante Zapatero en la Moncloa. En ello tuvo mucho que ver Feijoo, hoy en un segundo plano. También el hoy ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, respaldó la alianza. La llegada de Castellano a Novagalicia fue «muy bien recibida», según explicaba a La Voz el consejero del BCE José Manuel González-Páramo, de quien se dice que puede ser el próximo gobernador del Banco de España.

¿Tiene que moverse el Gobierno?

Sí. Y ya. Se esperan respuestas, sobre todo para dar garantías a los fondos privados interesados en participar en NCG. Quieren seguridad, y un marco estable de trabajo, y eso no lo tendrán si sigue pendiente de un hilo el futuro a medio plazo del banco gallego, y con los interesados que hay a su alrededor. De Rajoy, que conoce bien la importancia que tiene esta sociedad financiera en su comunidad de origen, se espera un paso al frente.

Y en este panorama, ¿qué pinta Bankia?

La firma presidida por Rato ha lanzado el mensaje en las últimas semanas de que tratará de hacerse con alguna entidad. Se descolgó de Unnim. Y a algunos medios les ha filtrado su interés en Novagalicia. Fuentes financieras apuntan a una intención de Bankia por presentarse como una firma «fuerte y ganadora» en el nuevo proceso de reestructuración del sector, aunque tiene dentro una fuerte división con los representantes de Bancaja, y precisa una fuerte inyección de capital y provisiones. Una fusión le daría oxígeno, pero no entra en ninguna lógica que una entidad con ayudas -como es Bankia- se lleve una nacionalizada.

análisis la situación en novagalicia banco