Contradice al gobernador del Banco de España y desvela que le ''conminó a negociar'' la fusión con Bancaja y otras cinco cajas menores
26 jul 2012 . Actualizado a las 18:39 h.Era la comparencia más esperada después de que la nacionalización de Bankia precipitara la necesidad de un rescate para la banca española y sentenciara la escasa confianza que los mercados tenían ya sobre la economía nacional. En una sesión que se ha prolongado más de tres horas y media, el que fuera presidente de Bankia, Rodrigo Rato, cargó sobre el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la responsabilidad de la fusión de Cajamadrid y Bancaja.
En la comisión de Economía del Congreso, Rato aseguró -en contra de lo que el martes afirmó Fernández Ordóñez, que apeló a la independencia de las entidades- que fue el exgobernador quien el 2 de julio de 2010 le citó ''con urgencia'' en su despacho, ''donde también estaba el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, y el subgobernador'', y le ''conminó a negociar los detalles de inmediato'' para incorporar a Bancaja a la fusión que Cajamadrid estaba cerrando con Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia y La Rioja.
Rato insistió en que Fernández Ordóñez, conocedor de la situación interna de las entidades, le tranquilizó sobre Bancaja -con una elevadísima exposición inmobiliaria-, y que se encargaron tres auditorías que no desvelaron ''riesgos significativos'' sobre la integración, que culminó el 3 de diciembre del 2010 con la creación del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia.
El expresidente de la entidad insistió en que el proceso fue ''transparente y riguroso'', rechazando que se hubieran adoptado decisiones equivocadas o se hubiera ''engañado'' a los pequeños inversores, como insistieron los portavoces de los grupos parlamentarios, a excepción del PP. Defendió la idoneidad de la salida a bolsa de Bankia porque era la única vía posible ante las crecientes exigencias de capitalización por parte del Gobierno (en aquel momento, del PSOE), exigencias que criticó, al igual que las continuas modificaciones de la normativa legal, que -a su juicio- precipitaron el hundimiento final de la entidad.
Rato subrayó que se había ido con la ''conciencia de haber hecho bien las cosas'' y explicó su dimisión argumentando que ''en el fin de semana del 5 al 6 de mayo llego honradamente a la conclusión de que las autoridades no comparten mi plan para seguir recapitalizando la entidad. Y no quise enfrentamientos''. El 4 de mayo su equipo había presentado al ministerio de Economía un plan de mejora para reducir el balance de la entidad en 40.000 millones en tres ejercicios así como duplicar el nivel de provisiones, para lo que requería otros 7.000 millones del FROB, cuantía muy inferior a la planteada por el actual responsable de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, como recordó Rato.
''No quise plantear un enfrentamiento ni poner en riesgo alguno a la entidad, por lo que dimití. Consideré que debían ser otros profesionales los que continuaran con la gestión.
Lo creía entonces y lo creo ahora, que hice lo mejor para la entidad'', repitió, para negar que, como apuntaron varios grupos, Bankia estuviera en quiebra o tuviera ''agujero'' alguno.
Así, explicó que la reformulación de las cuentas del 2011, que pasaron de arrojar 300 millones de beneficios a 3.000 de pérdidas, no suponía falseamiento alguno, sino que obedecían al adelanto de ''posibles deterioros futuros'' de los activos, como la reclasificación de créditos que tienen riesgo de impago. ''Estamos hablando de deterioro de activos no de operaciones falsas'', volvió a insistir.
Pero sus explicaciones no acallaron la lluvia de críticas de los grupos parlamentarios, que le echaron en cara que se escudara en los cambios normativos y en el empeoramiento de la crisis para eludir responsabilidades. ''Qué explicación elige: que todo es fruto de una maldición bíblica o que la respuesta está en el documental Inside Job. Es lo único que se me ocurre preguntarle tras ver a cuatro comparecientes (Campa, Fernández Ordóñez y Fernández Gayoso) diciéndonos que todo está bien mientras el país se hunde'', interperló Joan Coscubiela, como portavoz de la Izquierda Plural.
En la misma línea, la portavoz de UpyD resumió la indignación de la ciudadanía espetándole a Rato que había hecho realidad el sueño de cualquier antisistema: ''Porque al dinamitar Bankia, ha dinamitado el sistema financiero''.