Jaume Guardiola Romojaro: «Dónde esté la sede de un banco o a quién pertenezca es irrelevante»
ECONOMÍA
El ejecutivo sostiene que la compra del Gallego es «para ponerse a crecer» de inmediato
28 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.En el rascacielos más antiguo de Cataluña, hoy conocido como la Torre Sabadell, llevaban meses, años, preparando un aterrizaje en Galicia, un territorio «en el que la acogida siempre ha sido buena, sobre todo entre empresas», dice Jaume Guardiola (Barcelona, 1957), consejero delegado del Banco Sabadell. La compra del Banco Gallego, por 1 euro y tras un saneamiento público de 325 millones, les permite dar al fin ese salto, quintuplicando su tamaño y convirtiéndose en el quinto (sexto, si se suma la red de Santander y Banesto) operador de la comunidad. «El futuro de Sabadell y Gallego tiene que ser mayor que la suma de ambos, este es un caso de valor estratégico, lo que le da valor a esta operación es lo que seamos capaces de hacer», explica.
-Dice que uno más uno tienen que sumar más de dos. ¿Cuánto entonces? ¿Qué objetivos se han planteado?
-A la operación le faltan autorizaciones para terminar de cerrarla y por eso los objetivos no están aún definidos. Por lo pronto, analizamos los niveles de concentración de riesgo del Gallego en Galicia y vemos que es una virtud, es un banco muy diversificado con muy poca acumulación de riesgos. Usted lo ha dicho, tiene que sumar más de dos, no se van a cerrar oficinas, los niveles de duplicidad son muy bajos, y si se cierra alguna será para abrir otra donde nos queden huecos por cubrir. Va a ser un actor muy importante en Galicia, mucho más de lo que ha sido hasta ahora por sus limitaciones.
-¿No se van a cerrar entonces oficinas en Galicia?
-Bueno, esa es la previsión. Nosotros tenemos 28, Gallego 117 y lo iremos viendo. Si hay cierres van a ser muy pocos, y quizá para abrir en otros lados y para terminar de cubrir la implantación que queremos tener. Va a ser una operación cómoda para la gente de Galicia. Yo ya le he dicho a los directivos del Gallego que en cuanto pueda me gustaría estar con ellos para explicarles que esto es para ponerse a crecer. Y eso no es frecuente. Cuando se hizo la CAM lo primero no era crecer, sino reestructurarse, hacer un ERE...
-¿Qué le van a ofrecer ustedes a los 125.000 clientes del Gallego?
-Lo primero, les diría que estén muy tranquilos porque van a salir ganando. Y que van a trabajar en un banco con más capacidad y más servicios, por mucho que el Gallego ya fuera una entidad completa. Es un banco, no una caja, que a veces ha antepuesto el crecimiento de clientes a los productos y servicios. Será más parecido a lo que nos encontramos en el País Vasco con Guipuzcoano que a lo que vimos en la CAM.
-Otra empresa gallega más que se va a Cataluña. ¿Comprende que haya resquemor?
-Son resquemores naturales. En todo caso, el Gallego era un banco con sede en Galicia, pero con la cabeza en Madrid. No van a notar mucho la diferencia. Yo siempre digo que dónde esté su sede, o a quién pertenezca el banco, no es relevante. Es un negocio que no se puede deslocalizar. Lo importante es el equipo, tus oficinas, cómo te interrelacionas con la sociedad, qué ofreces... Y lo digo yo porque en México, cuando dirigía Bancomer, el 90 % del tejido financiero estaba en manos de bancos extranjeros. Y la reacción de las autoridades es que eso era algo negativo. Y yo les decía que nunca el sistema financiero mexicano había estado tan capitalizado, había dado tanto crédito y había contribuido tanto al crecimiento de la economía. Cuando se compra una industria se corre el riesgo de quedarse el mercado y deslocalizar la fábrica. Eso no pasa en banca: los clientes están allí y hay que estar allí. Los clientes son gallegos, están en Galicia, y allí estaremos.
-Pero las decisiones se toman más lejos, y eso puede influir en políticas crediticias, primando a un territorio sobre otro.
-Pensar que un cliente catalán siente que va a estar más respaldado que un gallego porque el banco tenga su sede en Cataluña no tiene lógica. Yo entiendo esa visión, no voy a quitar valor a la cosa ni negarla, y haremos el esfuerzo necesario para evitarlo. No recuerdo que un cliente se me haya quejado nunca porque su asunto lo tuviéramos que ver en Barcelona. Otra cosa es que el crédito nos guste o no, o su gestión de la empresa... Vamos a ver si dentro de unos meses ya no me hace usted esa pregunta.
-Veremos. De entrada, ¿van a mantener la marca?
-Lo vamos a evaluar. La primera impresión es que tiene valor. Gallego es atractivo e identifica muy bien su territorio.
-¿Y mantendrá su ficha bancaria propia, su consejo de administración...?
-Lo más probable es que se integre en el grupo, con una marca diferenciada, y que constituyamos un consejo consultivo, como hemos hecho en Asturias [con Banco Herrero], en Alicante [con la CAM] y en el País Vasco [con Guipuzcoano].
-Se lo llevan tras haber inyectado el Estado 325 millones. ¿No es excesivo?
-Es lo que nosotros consideramos que era necesario. Gallego traspasó una serie de activos a la Sareb [el banco malo] a unos precios que tuvieron un impacto y que consumieron recursos que ha habido que reponer. Esa es una parte de la factura. La otra es por un cálculo de pérdida esperada. La suma de estos elementos, y alguna otra cosa, han provocado esta necesidad.
-¿No es porque han visto algo extraño, o temen alguna sorpresa en el balance del Gallego tras la experiencia con la CAM?
-No. Y no es comparable a la CAM. La situación del Gallego es estándar, similar a un banco que ha superado los test de estrés, pero que tiene un tamaño que no le permite capitalizarse por su cuenta.
-¿Qué le diría a un empleado del Gallego de 30 o 40 años?
-Lo primero que le diría es que menuda suerte tener entre 30 y 40 años [risas]. Y le diría que tiene por delante una mejor carrera profesional porque entra en una organización más grande, con más potencial de crecimiento, más medios, vocación internacional... Va a tirar con una marca más potente, y crecerá si es una persona con ganas de crecer en lo personal y en lo profesional. Y tenemos un tamaño y un estilo que te hace sentir próximo a los jefes. Le irá bien si trabaja, claro.
-¿Y a uno de más de 55?
-Ahí ando yo... Pues que nos falta menos para la jubilación [risas]. Le diría lo mismo, que va a poder disfrutar más estos años, y que la etapa de incertidumbre en el Gallego ya ha pasado, viene un proyecto en el que estarán cómodos seguro.