La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha advertido al Gobierno italiano de que la prioridad es la reducción de la deuda pública.
Esta recomendación figura en el último informe semestral sobre la economía italiana presentado hoy en Roma y que se publica coincidiendo con la formación del nuevo Gobierno de unidad nacional de Enrico Letta.
En el informe se explica que, a pesar de los buenos resultados conseguidos hasta ahora, es necesario implementar las reformas aprobadas y adoptar «nuevas medidas para promover el crecimiento y mejorar la competitividad». La OCDE advierte de que el peor enemigo para la economía italiana sigue siendo la deuda pública, que alcanzará a finales de año el 130,4 % del Producto Interior Bruto (PIB)
Con este peso, «Italia está siempre expuesta a los cambios improvisados de humor de los mercados financieros», señala el informe.
Las estimaciones de la OCDE son que el ratio deuda/PIB aumentará un 3,3 % este año, muy por encima de los datos que manejaba hasta ahora el Gobierno de Mario Monti y en los que se esperaba un crecimiento del 2,9 %.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos prevé además que «la economía italiana podría frenarse» en los próximos meses y no empezar a crecer antes de 2014 ya que, según sus datos, se espera que el PIB se contraiga el 1,5 % en 2013 y que en 2014 crezca un 0,5 %.
Unos datos más pesimistas que los estimados por el Gobierno de Monti en su último Documento de Economía y Finanzas de abril, que esperaba una contracción del PIB del 1,3 % y un crecimiento del 1,3 % en 2014.
«En una situación caracterizada por la recesión y con un aumento del desempleo a veces es difícil ver el final del túnel, pero estoy convencido de que si continúa la actual estrategia de las reformas se obtendrá un mejor nivel de vida y la economía italiana saldrá reforzada y será más dinámica», explicó durante la presentación del informe el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
En el informe se afirma que la implementación de las reformas aprobadas por el pasado Ejecutivo encaminadas a mejorar la dinámica de trabajo y los mercados de productos «deben aplicarse con eficacia».
«Esto mejorará la productividad débil de Italia y aumentará la competitividad internacional del país», añade.
Otras recomendaciones son la necesidad de ampliar el acceso a las prestaciones por desempleo y reducir la carga fiscal sobre el trabajo.
También recomienda aligerar las restricciones reglamentarias «que dificultan la competencia en la venta al por menor y los servicios» y «hacer el mercado laboral más dinámico», así como «vincular los salarios más estrechamente a la productividad, a través de negociaciones con las partes sociales».