La construcción del prometido flotel, con o sin Pemex dentro del accionariado, es el clavo al que Barreras lleva más de medio año agarrado, consciente de que supone su vuelta al trabajo después de 22 meses de inactividad total. La entrada en concurso de acreedores en julio del 2011 no solo pilló al astillero con la cartera de pedidos vacía, sino con el Edda Fides, el último barco que salió de sus gradas, recién entregado. Curiosamente, fue el primer buque hotel para la industria petrolífera construido en el astillero, y que ha servido de punto de partida para el diseño de los contratados por Pemex.
Estos casi dos años de travesía del desierto han estado plagados de altibajos -más bajos que altos-, marcada por la dificultad para salir de un concurso de acreedores en el que la peor parte se la llevó la industria auxiliar. Hasta 400 pequeñas empresas del sector se vieron atrapadas en la maraña de los 78 millones de deuda que muchos se preguntaron de dónde había salido después de que año tras año se presentaran cuentas saneadas y con ganancias.
Fue el momento de buscar culpables y reestructurar la cúpula. El hasta entonces incuestionable Francisco González Viñas que, además de su 17 % de la propiedad, controlaba la inversión de otro 43 % de pequeños accionistas, dejó de serlo y tomó el relevo José García Costas con el respaldo del otro accionista mayoritario, Ignacio Latxaga. El 30 de julio del pasado año, y tras perdonar los acreedores el 80 % de la deuda, el astillero se salvó de la liquidación.
Más difícil fue la negociación con los trabajadores, que se negaron en rotundo tanto a la reducción del 40 % de la plantilla como al tajo en los salarios que pretendía García Costas.
El único fleco que a día de hoy queda del concurso es determinar si hubo culpables o no. La última palabra la tendrá el juez. El fiscal ha situado en el punto de mira al expresidente González Viñas y al ex director financiero, Fernando Vilariño, para los que pide tres años de inhabilitación para administrar bienes ajenos, además de la pérdida de cualquier derecho que pudieran tener como acreedores del astillero.