Los peritos del Banco de España apuntan un agujero de 4.570 millones que Rato ocultó desde el 2010 y que Goirigolzarri no despejó tras relevarlo
13 feb 2017 . Actualizado a las 13:59 h.Los peritos del Banco de España han puesto negro sobre blanco las manipulaciones que sufrió la contabilidad de Bankia antes de salir a Bolsa para embellecer sus cuentas y atraer al mayor número posible de inversores. Sus conclusiones, conocidas ayer tras año y medio de trabajo para elaborar su informe, resultan demoledoras: los balances del 2010 y los del 2011 -no se remontan más atrás- «no expresaban la imagen fiel de la entidad». Ni Bankia ni tampoco su matriz, el Banco Financiero de Ahorros (BFA), resultado de la fusión entre Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades regionales.
El principal motivo que apuntan estos expertos para ello es «la existencia de ajustes de importancia material no contabilizados». Son una serie de «errores contables» -así los denominan- en los que incurrió sobre todo Rodrigo Rato, presidente de Bankia entre enero del 2010 y el 7 de mayo de 2012 (cuando se intervino el banco), y que en una parte limitada mantuvo después su sucesor al frente del banco, José Ignacio Goirigolzarri
Los reproches más importantes se refieren a la etapa del exministro metido a banquero. Se le acusa de inflar artificialmente los recursos propios con 544,50 millones de euros y el patrimonio neto antes de que la entidad debutara en el parqué en julio del 2011. Un año más tarde manipularía las cuentas para ocultar pérdidas extra de 2.083,20 millones
Los peritos afirman que las equivocaciones contables fueron norma común en Bankia, al menos en las cuentas del 2010 y del 2011, dado que Rato, que también fue gerente del Fondo Monetario Internacional, reincidió en esa conducta en todas sus presentaciones de resultados hasta el 28 de marzo del 2012. El balance final es que su equipo no hizo distintos ajustes forzosos que «deberían haber reducido los recursos propios computables y el patrimonio neto» en 6.869,81 millones
Como resultado, las pérdidas reales en el ejercicio contable de 2011 deberían haber sido de 4.570,20 millones de euros, en vez de los 3.318 millones que reconoció el banco ya con Goirigolzarri, el 28 de mayo de 2012. Una diferencia «muy significativa», apuntan los expertos en el documento remitido al juez del caso Bankia, Fernando Andreu.
La responsabilidad de Goirigolzarri, según el dictamen pericial, fue seguir en parte el maquillaje cuando se reformularon las cuentas del 2011. Los expertos del Banco de España dicen que sus «errores contables» ocultaron pérdidas de 1.192 millones, al no calificar como morosos una serie de carteras crediticias inmobiliarias para eludir una provisión mínima del 25 % y, en su lugar, aplicar solo otras de entre el 5% y el 16%. Goirigolzarri respondió ayer que las «irregularidades» detectadas «son alejadas en el tiempo» y que no obligan a hacer más ajustes de provisiones en el banco.
Sin rastro de las «black»
Ni los reguladores -Banco de España y CNMV-, ni Hacienda, ni tampoco los auditores (internos y externos), conocían la existencia de las polémicas tarjetas black de Caja Madrid, que Bankia siguió empleando hasta el 2012, con las que se dilapidaron 15,5 millones de euros. Y es que, según los dos peritos del Banco de España, hubo una «clara voluntad» de ocultarlas, al igual que se hizo con sus «gastos asociados».