Los dos grandes bancos españoles no están dispuestos a que en apenas un mes quiebren otros tantos gigantes del ladrillo
07 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Los dos grandes bancos españoles no están dispuestos a que en apenas un mes quiebren otros tantos gigantes -al menos lo fueron en su día- del ladrillo. Al mismo tiempo que en un tribunal coruñés acordaba iniciar los trámites para liquidar Martinsa-Fadesa, otro juzgado (el Mercantil número 6 de Madrid) daba ayer un último plazo de quince días hábiles a Reyal Urbis para que amplíe la información sobre su propuesta de convenio, formalizada el pasado mes de enero.
Sobre la mesa está una deuda de 3.978 millones, unos 400 millones menos que el lastre que le llevó en febrero del 2013 a anunciar el segundo mayor procedimiento concursal en la historia del España, tras los 6.600 millones con que suspendió pagos Martinsa-Fadesa en julio del 2008. Desde entonces se han venido sucediendo distintas negociaciones, todas infructuosas, con la banca acreedora. A las entidades financieras les debe 3.300 millones, mientras que el resto del importe pendiente de pago lo ostenta Hacienda (prácticamente 450 millones), la Seguridad Social, proveedores y clientes de la compañía.
El mayor acreedor de la inmobiliaria que preside Rafael Santamaría es la Sareb, más conocido como banco malo por haberse hecho con la mayoría de activos inmobiliarios tóxicos del sector financiero. En total, se le adeudan 740 millones. Después aparece el Santander, con 525 millones pendientes de cobro, seguido de dos entidades británicas, Barclays y Royal Bank of Scotland, ambas con poco más de 300 millones. BBVA se encuentra en un tercer escalón, con cerca de 100 millones de pasivo, por detrás de los 200 millones del Popular y el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
El banco malo se opone
La Sareb, el Popular y Caixabank (que tiene aquí 80 millones en juego) son partidarias de no dar más oxígeno financiero a Reyal Urbis, que quedaría abocada así a su liquidación ordenada. Es la misma postura que los tres ya sostuvieron con Martinsa-Fadesa y que acabó arrojando a esta última firma al precipicio.
De no haber acuerdo -Santamaría ha propuesto una quita de entre el 80 y el 90 %, con una espera de seis años para cobrar el resto-, en Reyal Urbis se repetiría la historia. Por eso, la inmobiliaria ha planteado a los bancos sortear sus activos, de manera que a algunos podría convenirles renunciar al concurso e irse con el lote que les deparara la fortuna. Una dación en pago que también planteó, sin éxito alguno, Fernando Martín.