Europa incrementa la presión sobre Grecia para que haga reformas

Efe RIGA

ECONOMÍA

Luis de Guindos charla con el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis
Luis de Guindos charla con el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis VALDA KALNINA

Malestar entre los miembros del Eurogrupo por las «amplias diferencias» que aún los separan. Varufakis, sin embargo, se mostró seguro de alcanzar un acuerdo

24 abr 2015 . Actualizado a las 19:00 h.

Los socios de Grecia en la eurozona dieron hoy un «toque de atención importante» al Gobierno de Alexis Tsipras para que acelere las negociaciones sobre la lista completa de reformas que debe entregar aún y, aunque no lograron avances, sí elevaron la presión sobre Atenas. «Ha sido una discusión muy crítica» con Grecia, señaló el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al término de la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona celebrada en Riga bajo presidencia de Letonia.

«Llegamos a un acuerdo hace dos meses y hoy esperábamos escuchar un resultado positivo» de las instituciones internacionales -la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- sobre las negociaciones y «alcanzar un acuerdo sobre el que poder tomar una decisión», dijo el también ministro holandés de Finanzas. «Pero estamos aún lejos de ello. Ha sido una discusión crítica y se reflejó en la sala el gran sentido de urgencia», explicó.

Según fuentes diplomáticas, incluso «hubo un país pequeño que evocó la necesidad de un plan B» durante la reunión. El Eurogrupo evidenció que quedan «amplias diferencias» por superar en las negociaciones con Grecia, según dijo Dijsselbloem, por lo que instó a Grecia a intensificar y acelerar el trabajo, además de recordar a Atenas que hará falta un «acuerdo global» sobre una lista completa de reformas antes de cualquier desembolso de ayuda.

El titular español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó por su parte que el Eurogrupo dio al Gobierno griego un «toque de atención importante».

El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, confirmó que persisten «diferencias» entre Atenas y sus acreedores internacionales, aunque se mostró seguro de que el acuerdo se alcanzará rápidamente. «Estamos de acuerdo en que el acuerdo será difícil, pero va a pasar y va a pasar rápido porque es la única opción que tenemos», aseguró, además de sostener que las negociaciones han «convergido de manera sustancial en las últimas semanas» en cuestiones como el programa de privatizaciones. Varufakis señaló que Atenas ha ofrecido la creación de una autoridad fiscal «independiente y autónoma», así como reformar el sistema judicial y la administración.

Preguntado por la diferencia con las declaraciones de sus socios del euro, Varufakis señaló: «Puedes elegir mirarlo como el vaso medio vacío o medio lleno, y nosotros elegimos la perspectiva optimista». Sobre las divergencias, en las que Dijsselbloem evitó entrar, Varufakis apuntó a la petición de los acreedores de que se reduzcan las pensiones, además de referirse a la oposición de Atenas de levantar la moratoria sobre los desahucios de primeras residencias y a otras diferencias respecto al proceso de ajuste exigido a Grecia. «Este Gobierno no quiere hacer lo que hicieron los anteriores: firmar objetivos de superávit primario que simplemente a nivel macroeconómico son imposibles de lograr», dijo.

En cuanto a las estrecheces de liquidez que afronta Atenas, Varufakis criticó que el Estado griego esté teniendo que hacer frente a los vencimientos de deuda con sus propios recursos, pese a que en el marco del rescate se señalaba que debería hacerse con nuevos desembolsos del crédito.

A Grecia se le acaba el tiempo, fue la frase más repetida por los diferentes ministros, y fuentes europeas señalaron que Atenas les aseguró que le quedan solo dos semanas para tener sus arcas vacías, aunque algunos titulares como el austríaco dijeron que Grecia dice cada semana que está al límite y «nadie» conoce el verdadero estado de sus finanzas.

En Atenas, el ministro adjunto de Finanzas, Dimitris Mardas, admitió que en mayo el Estado necesitará 4.000 millones de euros para cubrir la totalidad de sus obligaciones.

El presidente del BCE, Mario Draghi, aumentó la presión sobre Atenas al recordar que la entidad podría verse obligada a endurecer el acceso al mecanismo de emergencia de liquidez de la banca griega (ELA, en inglés).

«El ELA continuará hasta que los bancos sean solventes y con un colateral adecuado», señaló Draghi, que advirtió de la «fragilidad de la situación actual, la salida continua de depósitos y el hecho de que los rendimientos de los bonos soberanos son los más altos desde la quita del sector privado en 2012».

«Cuanto más altos son (esos rendimientos), más volatilidad y más colateral se destruye», recalcó Draghi.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, instó a «acelerar desde hoy, desde este fin de semana, y en adelante» el proceso que, como se estableció el 20 de febrero, debe concluir a finales de mes con una lista completa de reformas negociada, acordada por los socios de Grecia y puesta en marcha por Atenas.