La firma gallega de electrónica de consumo logrará financiación para relanzar su proyecto
23 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Blusens, la empresa gallega de electrónica de consumo, empieza a ver la luz al final del túnel; después de que su filial de compras entrara en concurso en el otoño del 2013 tras cerrarse el grifo del crédito bancario, la firma fracasó el pasado año en su intento de llegar a un acuerdo con sus acreedores financieros. Para evitar la liquidación, los responsables de la compañía gallega han encontrado un fondo norteamericano que, además, cuenta con una empresa que se dedica a la electrónica de consumo y que tiene interés por entrar en Europa. Se trata de la compañía G53.
Todo está ahora pendiente de que la jueza dé su aprobación definitiva a la operación de compra, una vez que ya lo ha hecho el administrador concursal. La firma norteamericana G53 se incorporará a Blusens Technology, manteniendo los 50 puestos de trabajo de la filial de compras, se hace también con la deuda de la Seguridad Social relativa a tres meses y, lo más importante, se compromete a una aportación inicial de un millón de euros, más las inversiones necesarias en nuevas compras, con capacidad de adquisición ilimitada. «Nosotros, cuando estalló la crisis, seguíamos vendiendo todo, nuestro problema fue que nos cerraron la financiación bancaria, y dejamos de comprar y, en consecuencia, de vender: por eso pusimos en concurso solo la filial de compras», explica José Ramón García, fundador de Blusens.
Ahora, con la entrada de G53, la compañía gallega dejará de depender en exclusiva de las entidades bancarias para hacer sus pedidos y logra un brazo financiero con un proceso de fusión. Los productos pasarán a llamarse ahora Blusens en electrónica de consumo y G53 en otros bienes y accesorios.
El presidente de la compañía gallega, no obstante, aclara que la empresa norteamericana no es la única que entra en la filial de compras, donde se incorporan también otros inversores españoles.
«En los años del concurso hemos mantenido la actividad, lanzando nuevos productos y hemos tenido las nóminas de nuestros empleados al día, así como los pagos a Hacienda, a la Seguridad Social y a los proveedores: esto demuestra que la empresa era viable pese a la falta de financiación bancaria; en caso contrario, no habría fondos interesados», explica José Ramón García.
Blusens estuvo más de un año negociando con la banca acreedora cómo levantar sus 17,5 millones de deuda. Entre ellos se encontraban el Popular, Bankia, Abanca, Santander y BBVA. Las entidades acabaron divididas en el análisis de la propuesta de Blusens, que había conseguido pactar una quita del 65 %. Fue el plan de viabilidad, que no convencía a una parte de la banca, el que frustró el consenso.