La Comisión Europea avisa al Gobierno de Mariano Rajoy que la relajación fiscal del Gobierno en el 2015 tendrá consecuencias
20 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.España no cumplirá. Ni lo ha hecho durante los últimos cuatro años, ni lo hará en el 2016. La Comisión Europea asume con resignación que el déficit de su «alumno ejemplar» seguirá desbocado sin que ninguna amenaza de sanción lo evite. El Gobierno español aflojó las bridas en los dos últimos años y eso pasará factura. El 2015 cerró con el déficit en el 5 %. En el 2016, se espera un ajuste de al menos 14.000 millones de euros para situarlo en el 3,6 %, frente al 2,8 % que debía cumplir el Ejecutivo. El ministro de Economía, Luis de Guindos, pide al menos un año más para situar el déficit por debajo del 3 % y a Bruselas no le queda otro remedio que buscar una salida airosa para justificar una más que probable prórroga.
«Aún no hemos tomado una decisión, lo haremos en mayo», aseguró ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. El letón confirmó que la situación fiscal de España y la inestabilidad política es motivo de preocupación y debate entre el equipo de comisarios, en el que el titular de Economía, Pierre Moscovici, es favorable a extender el período de gracia hasta los dos años. Otros más ortodoxos, como el propio Dombrovskis, se inclinan por imponer un castigo al año y medio de relajación fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy a cambio de aplazar la fecha para poner en orden las cuentas públicas. Ya lo advirtió ayer: «El incumplimiento del 2015 tendrá implicaciones».
El escenario que se plantea por delante es el de endurecer el procedimiento de déficit excesivo. Esto conllevaría a un ajuste más duro y una supervisión más estrecha sostenida en el tiempo. En el horizonte, cada vez más cercano, asoman las sanciones. La decisión final y cómo se articule una posible prórroga será fundamental para mantener a raya a otros países que demandan la misma flexibilidad. Es el caso de Portugal, cuyo Gobierno de izquierdas mantiene una dura batalla con el Ejecutivo comunitario para que afloje las riendas.
En este sentido, Bruselas advierte de que no podrá adoptar ninguna decisión hasta que no cuente con los datos definitivos de Eurostat, las previsiones macroeconómicas de primavera y el programa detallado de estabilidad presupuestaria del Gobierno español. De Guindos ya anticipó que el Ejecutivo no presentará el del 2017 por estar en funciones.