Fernández Toxo no se presentará a la reelección como secretario general de Comisiones Obreras

La Voz EUROPA PRESS | EFE

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El sindicalista ferrolano propone a Unai Sordo para asumir el cargo tras el congreso que se celebrará a finales de junio

11 mar 2017 . Actualizado a las 17:31 h.

El secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, ha anunciado este sábado que no se presentará a la reelección en el XI Congreso Confederal que el sindicato celebrará a finales del mes de junio.

Toxo ha propuesto al secretario general de CC.OO. Euskadi, Unai Sordo, como «el mejor candidato» a la secretaria general del sindicato. La propuesta fue respaldada de forma casi unánime en el Consejo Confederal del sindicato, reunido este sábado en sesión extraordinaria, al ser aprobada por 117 votos a favor y 6 abstenciones. No obstante, Toxo ha recordado que todavía quedan tres meses antes de la celebración del XI Consejo Confederal y que esto no quiere decir que no se puedan presentar más candidaturas. En CC.OO. basta un 10% de las firmas de los delegados para presentar candidaturas a la secretaría general o a la comisión ejecutiva.

«No dejo un sucesor, no dejo un delfín», ha asegurado Toxo, quien ha explicado que Sordo no es su candidato, sino el del consejo que ha aprobado su candidatura por 117 votos a favor, ninguno en contra y sólo seis abstenciones, lo que le da un gran peso «político» aunque no impide que se puedan presentar más candidaturas, que por el momento no han surgido.

«Podría haber optado a un tercer mandato, así me lo habían sugerido la totalidad de las organizaciones a través de sus secretarios generales a lo largo de consultas que he hecho en los últimos meses», ha dicho Toxo, quien ha defendido que la transformación que afronta el sindicato justifica su relevo. 

Nacido en Ferrol en 1952, Toxo fue elegido por primera vez secretario general de CC.OO. en diciembre del 2008, cuando le arrebató el cargo al entonces dirigente del sindicato, José María Fidalgo, por sólo 28 votos de diferencia. En febrero del 2013 fue reelegido para un segundo mandato con el apoyo del 85,6% de los delegados asistentes al Congreso después de haber conseguido integrar a las distintas corrientes que existían en el sindicato.

En estos últimos cuatro años, el sindicato, con Toxo al frente, ha adelgazado su estructura, con la fusión de distintas federaciones sectoriales, y ha afrontado el escándalo de las tarjetas 'black' de Caja Madrid, en el que se vieron implicados seis de sus miembros, y ha sido testigo del fin del bipartidismo.

De la clandestinidad al sindicalismo del siglo XXI

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Con casi 65 años de edad, Ignacio Fernández Toxo ha dedicado su vida al sindicalismo más puro, el surgido en plena dictadura que le llevó a la clandestinidad y que en su etapa final ha tratado de revitalizar atrayendo nuevas ideas y talento necesarios para regenerar el sindicato en pleno siglo XXI.

Electricista de profesión y sindicalista por vocación, Toxo comenzó su andadura laboral como trabajador de la Empresa Nacional Bazán, donde ingresó como aprendiz con 14 años, y en seguida tomó contacto con la actividad sindical.

Serio hasta cuando sonríe, el carácter tímido y reservado de Toxo estuvo marcado por una infancia en una pequeña aldea gallega, donde posteriormente haría sus primeros pinitos como sindicalista al lanzar huevos rellenos de tinta contra la pantalla de un cine que proyectaba «Boinas Verdes».

Vivió con mucha intensidad las movilizaciones del 10 de marzo de 1972 en El Ferrol, en las que perdieron la vida dos compañeros del astillero en el que trabajaba, Amador Rey y Daniel Niebla, una pérdida que tiene siempre muy presente, cuentan sus más allegados, acudiendo cada año al homenaje que les rinden. Él fue detenido y encarcelado durante unos meses, para pasar después a la clandestinidad que le llevó a utilizar una identidad falsa durante cuatro años, Ángel Luna González, si bien su «nombre de guerra» con el que siguió actuando era Felipe.

La Ley de Amnistía, aprobada en octubre de 1977, supuso un punto de inflexión para la actividad sindical y Toxo pudo recuperar sus derechos y su empleo en el astillero naval de Bazán, donde fue presidente del Comité Intercentros. 

A partir de este momento, la actividad de Toxo, salvo un periodo en el que ejerció responsabilidades territoriales en Galicia, estuvo siempre vinculada al sector metalúrgico dentro de CCOO, la rama más grande e importante y con mayor tradición sindical. Llegó a Madrid al acceder a la Secretaría General de la Federación del Metal de CCOO en 1987, con sus hijos aún pequeños y con la ventaja de que su mujer es madrileña.