La desigualdad se dispara en Galicia

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOAN CARLOS GIL

Los salarios bajos y la congelación de rentas agrandan la brecha entre la parte alta y baja de la distribución: en la comunidad hay 672.701 personas que apenas ingresan 750 euros al mes

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia ha dicho adiós a la más larga crisis económica que se recuerda desde que se instauró el período democrático. Su economía lleva ya ocho trimestres consecutivos creciendo por encima del 3 %. Pero, transcurrido lo peor de una tempestad que dejó la casa sin tejado, surge una pregunta obligada: ¿qué clase de vivienda estamos construyendo?. Y la respuesta no es muy alentadora: Galicia es una sociedad cada vez más desigual, en gran medida, por la prevalencia de la precariedad laboral y los bajos salarios, y por la congelación de otras rentas, como pensiones o prestaciones. Los datos de la Agencia Tributaria, que conoce las retenciones de las nóminas, admiten pocas lecturas. Cada vez hay más pobreza.

Galicia contabilizó en el 2016 un total de 1.784.611 personas con ingresos de origen laboral: salarios, pensiones o prestaciones por desempleo. Según la información de Hacienda, 672.701 gallegos y gallegas obtuvieron en el año pasado unos ingresos por debajo de los 9.000 euros brutos, es decir, que casi 700.000 personas llegan como máximo a 750 euros brutos mensuales, lo que equivale a 643 euros en 14 pagas. Estos datos se incluyen en un informe sobre pobreza y desigualdad que han elaborado Manuel Lago y Alberto Turnes.

Las cifras de ingresos por estratos muestran que, en términos medios, Galicia es una sociedad mileurista, y que cada vez hay más personas con ingresos tan bajos que están amenazados de pobreza laboral.

«A saída da crise apenas está a beneficiar ás persoas en situación de pobreza: ter un emprego xa non é nin a mellor política social nin a garantía de saír da pobreza. Os salarios son moi inferiores aos que había antes da crise e a precariedade laboral son unha constante nas persoas coas que desde as nosas entidades axúdase a buscar un emprego decente. Isto explica que a pobreza laboral siga aumentando ou que indicadores como o de fogares galegos con baixa intensidade laboral apenas diminuísen no último ano, do 13,6% ao 13,4 %», explica Antonio Hernández, presidente de Rede Galega contra a Pobreza.

En conjunto, según los datos que maneja la Agencia Tributaria, son algo más de 1,2 millones las personas que conforman lo que se podría llamar universo de la precariedad, una situación que en el mejor de los casos los sitúa en el mileurismo; y en el peor, por debajo del umbral de la pobreza o de exclusión social.

La estratificación

Constituyen el 69 % del total de declarantes que tenía censados la Agencia Tributaria en el 2016, esto es, dos de cada tres personas con ingresos de tipo laboral, bien sea salario, pensión o prestación por desempleo. Los 561.000 restantes, el 31% del total, ingresan más de 18.000 euros brutos, con un tramo más numeroso entre esa cifra y los 30.000 euros anuales.

«A estatística da Axencia Tributaria permite unha segunda categoría de análise que é a relacionada coa desigualdade social, porque permite coñecer como se reparte a renda entre os diferentes tramos de riqueza. A desigualdade é unha das peores características do modelo social que está agromando na saída da recesión. O estado español, que xa tiña problemas de cohesión social antes da recesión, estase convertendo nun dos estados máis desiguais da Unión Europea, como non deixan de destacar os diferentes informes de Eurostat», explica el economista y diputado de En Marea Manuel Lago. Los datos de Hacienda muestran que las rentas de las personas que más reciben multiplican por 33 veces los del grupo que menos tienen.

Las mujeres, las peor paradas

Aunque la crisis afectó con mayor intensidad a la población masculina, la recuperación económica y la precariedad laboral están perjudicando especialmente a la mujer. La situación actual tampoco está suponiendo mejoras sustanciales para los chicos de entre 16 y 29 años.

«Nas nosas entidades preocúpannos as crecentes dificultades para o acceso ao emprego de persoas en risco de pobreza ou exclusión coas que traballamos», precisa Antonio Hernández.

Las organizaciones que trabajan en la sociedad gallega contra la pobreza y la exclusión consideran que, además de medidas como el aumento del salario mínimo, es imprescindible una reformulación completa de las políticas de fomento del empleo.

También consideran que es preciso avanzar en la coordinación autonómica y local tanto entre Administraciones como entre las organizaciones de acción social que trabajan sobre el terreno.

De entre las formas de pobreza, llama la atención el crecimiento de la infantil. Hogares con ingresos bajos donde viven niños. Y por desgracia España está, junto a Rumanía y Grecia, en este podio.