Ganaderos y agricultores exigen que se retrase un año la nueva norma de purines

sindo martínez XINZO / LA VOZ

ECONOMÍA

Lucía Vidal / Daniel R. Portela / Daniel Portela

La Xunta tiene ya casi listas las excepciones que planteará a Bruselas

15 feb 2018 . Actualizado a las 13:44 h.

La adaptación a la nueva normativa de purines en Galicia ya está en marcha. Desde la Consellería do Medio Rural indicaron que «la Xunta está estudiando una serie de excepciones sobre la normativa de purines y estiércol» y avanzaron que se publicarán «en breve». Es la respuesta oficial de la Xunta a las reclamaciones del sector primario. La norma supone la prohibición del abono por aspersión, la práctica más extendida en toda Galicia para fertilizar desde hace décadas. Se prohíbe aplicar el purín con cisternas sobre el campo y se impone la inyección subterránea de los nutrientes del suelo.

La nueva reglamentación estatal ya está en vigor, aunque las sanciones por su incumplimiento se posponen y no comenzarán a aplicarse hasta el 1 de enero del 2019.

El propio reglamento posibilita, no obstante, que las comunidades autónomas puedan establecer excepciones, atendiendo a las características específicas de las superficies afectadas, incluidas las condiciones orográficas y climatológicas. Esas especificidades serán la base de la inminente propuesta de la Xunta.

En Galicia, hay unas 20.000 cisternas de purines. El coste para una explotación media por la nueva norma superará los 100.000 euros. «No se trata de nueva maquinaria, sino que será necesario comprar nuevos tractores», valoró Maite Joga, presidenta de Adegal, una agrupación que engloba a cerca de 300 ganaderos y agricultores. «Es imprescindible una moratoria en la norma de al menos un año», dijo.