Los clientes de cualquier país del mundo tendrán disponibles los productos de las ocho cadenas de la textil
05 sep 2018 . Actualizado a las 16:17 h.Inditex desembarcó en Italia el 25 de marzo del 2002. Lo hizo en Milán, en el antiguo cine Astra, en Corso Vittorio Emanuele, la principal vía comercial de la ciudad. Su llegada no fue fácil por el proteccionismo que se vivía en aquel momento un país que, sin embargo, estaba hambriento de nuevos formatos de moda.
Ayer, dieciséis años más tarde, Pablo Isla, presidente de la multinacional textil, eligió aquella primera tienda de Italia -país que representa la tercera economía de la eurozona- para convocar a la prensa internacional y nacional y anunciar que Inditex estará en disposición en el 2020 de vender a través de la tienda on-line a los consumidores de todo el planeta.
Evitó dar detalles operativos: «Ya se irán conociendo más adelante», precisó Isla, quien recalcó que en ese momento las ocho cadenas del grupo tendrán stock integrado en sus respectivas tiendas. «Este hecho supone que se podrán servir pedidos on-line a clientes desde cualquier tienda de cada marca en todos aquellos países en los que tienen presencia física. En estos momentos el stock integrado está implantado ya en Zara en 25 de los 48 mercados en los que tienen plataforma on-line, entre ellos España, Francia, Italia, el Reino Unido, China, Estados Unidos y México.
¿Cuál es el secreto para que pueda acometer estos dos retos en menos de 27 meses? El proyecto de identificación de prendas por radiofrecuencia, del que en estos momentos disponen Zara y Uterqüe, y que se está desarrollando en el resto de las cadenas y estará implantado definitivamente en todas ellas también para el 2020, año en el que el conjunto de las tiendas estarán incorporadas al plan de ecoeficiencia.
Isla, con su habitual traje azul, camisa blanca y sin corbata, realizó el anuncio que marcará un nuevo hito en la historia de la compañía tras el cierre de la bolsa española, donde la acción está siendo sometida en las últimas semanas a fuertes presiones por parte de casas de análisis que ponen en duda la capacidad de la multinacional de seguir creciendo a ritmos de doble dígito.
El nuevo reto, según se desprende de las palabras del presidente del gigante textil, forma parte de un proceso que partió de la inauguración en el 2012 de la tienda Zara de la Quinta Avenida de Nueva York, donde se presentó la nueva imagen de la cadena considerada buque insignia del grupo. A partir de ahí la multinacional, recordó Isla, fue transformando su superficie comercial con el objetivo de que el cliente fuese el centro de atención en una tienda atractiva que sería el escenario de compra.
El establecimiento de Corso Vittorio Emanuele, que se inaugurará hoy y abrirá mañana al público, es el segundo, tras el de Stratford (Londres), que incorpora las cuatro secciones (señora, hombre, niño y online) y las últimas innovaciones tecnológicas.
Cuando entre los andamios se oye hablar gallego
El centro de Milán, donde se levanta el gran Duomo, es un paseo internacional en el que el irresistible estilismo italiano no pasa desapercibido. Es la tónica común en los empleados de bancos y de otras empresas del sector servicios implantadas en la zona. En medio de ellos, turistas de todas las nacionalidades y también músicos callejeros que entonan el O sole mio con dignidad.
Al acercarse a la nueva tienda de Zara en Corso Vittorio Emanuele se oye hablar gallego bajo unos toldos que guardan con sumo secreto cómo será el establecimiento que abrirá mañana al público. A la pregunta de si a los operarios les dará tiempo de acabar, nadie tiene la menor duda: sí.
Hoy se darán a conocer detalles de la tienda, cuya superficie podría rondar los 3.500 metros cuadrados, de los que 800 los ocupa la parte de caballero.
La arquitecta que dirigió la reforma es Elsa Urquijo, quien se propuso como reto respetar la esencia del edificio y salvaguardar todos los elementos arquitectónicos de este antiguo cine.
Durante su breve intervención, Pablo Isla insistió en dos ocasiones en que las tiendas como la de Milán están concebidas para que hagan una aportación especial a las ciudades en las que están presentes.